Las chicas habían subido al piso de Nia justo en el momento en el que Laura había aparecido por esa puerta un tanto extrañada de que todas huyeran ante su presencia. Vega, por el contrario, se acomodó en el sofá como si quisiese enterarse de la escena perfectamente.
Yo por mi lado, no sabía si reír, llorar, bailar o hacer el pino puente. En mi llamada no le había dejado mucho a la imaginación al repetirle en varias ocasiones que necesitaba contarle algo importante sobre nosotras y una tercera persona, obviamente no le había dicho que era Adri para que no imaginase cosas que estuvieran fuera de lo normal. Y, ahora que la tenía sentada en el sillón con cara preocupada, mis palabras se negaban a salir de mi boca como si me hubiese colocado un tapón que evitaba la presión que hacían estás.
Froté mis manos contra mi pantalón y sonreí a mi amiga que parecía estar incluso más nerviosa que yo, nunca la había visto así.
- ¿Ha pasado algo?- se atrevió a preguntar Laura pasado unos minutos que parecieron eternas horas.
- No... sí... bueno, en parte- no sabía lo que estaba diciendo, pero sí que no era lo que había estado ensayando con mi perra días atrás. Ella no había puesto la cara que tenía Laura cuando le había soltado tal cosa- Es algo que llevo callado dentro de mí desde hace mucho tiempo, y creo que va siendo hora de que deje de vivir con ello.
- Eva, me estás preocupando... ¿Es algo grave?- la verdad es que mis palabras habían sonado algo trágicas, tampoco era para tanto. ¡Sí! Puede que hubiese estado creyendo mucho tiempo que había estado enamorada de su marido... pero no lo estaba, así que tampoco se debería enfadar mucho.
- No, no lo es- sonreí, cogiendo su mano y mirándola fijamente a los ojos- Prométeme que no te vas a enfadar- la miré directamente a o ojos y me sonrió.
- No me podría enfadar con una de mis mejores amigas ni aunque quisiera- reí falsamente y me levanté del sillón dispuesta a contarse la verdad y nada más que la verdad.
- Vale... pues entonces allá va... directo y sin rodeos, como un flechazo, un hachazo, un cuchillazo, un balazo o lo que quiera ponerle. Aúnque te aconsejo pinchazo que duele menos y después... - la miré, notando como ponía mala cara al ver como me liaba como una persiana.
- Directa y sin rodeos- me recordó haciéndome reír con nerviosismo.
- Vale... allá va... yo... jamás quise que te casaras con Adri- los ojos de Laura se abrieron como las persianas que yo había estado enredando anteriormente, algo me decía que no había sido demasiado sutil al soltar la noticia... pronto sus facciones se relajaron.
- ¿Por qué?- me preguntó aparentemente normal, algo que me era imposible de reconocer en mi amiga. Parecía como si ya se lo esperase desde hace tiempo, como si ya lo supiese... aunque puede que el motivo si que la alterase un poco.
- Porqué estaba enamorada de él- el silencio se hizo entre las dos... ahora si que empezaría lo bueno.
...
Suspiré antes de subir el último escalón que llevaba a nuestro piso. Me parecía increíble que tanto lujo por dentro y después no sé atreviesen a arreglar el ascensor. Miré al suelo y comprobé el olor de las flores como si se hubiese podido quedar marchitas en apenas 10 minutos desde que las había comprado.
La puerta de su casa estaba entreabierta cosa que no parecía nada normal en ella. Aunque eso tampoco era que me importase mucho al pensar en lo que estaba a punto de proponerle.
Repetidas veces se lo había insinuado durante estos meses, pero por alguna extraña razón, parecía que o siempre sonaba como una broma o no me oía por algún motivo. Ahora había llegado el momento.
Me acerqué a la puerta, pero unas voces me hicieron detenerme... por lo que me quedé quieto para escuchar lo que decían.
- ¿Cómo que estabas enamorada de Adri?- al parecer era Laura, y estaba muy enfadada... ¿Quién se había enamorado de Adri y qué hacía en casa de Morena?
- Sucedió antes de que tu lo conocieras- la voz de Eva me dejó paralizado... no... estaba entendiendo mal, seguro que era eso.
- ¿Y cuando pensabas contármelo?- Laura se estaba relajando y yo se lo notaba, pero el hueco que se había instalado en mi pecho seguía dejándome paralizado- ¿Cuándo tuviese el primer niño o el segundo con él?
- Ahora... justo ahora te lo tenía que contar... porqué no podía seguir más mintiéndome a mi misma, negándome lo que había pasado con Adri y saber que estaba ocultándote algo a ti- una lágrima resbalo por mi mejilla, al igual que lo hacía por mi corazón.
- A mi no me molesta lo de Adri, me molesta que no me lo hayas contado...- los sonidos de sus voces cada vez se hacían más lejanos a mis oídos, de pronto no sentía el cuerpo ni el alma.
- Te lo cuento ahora- repitió ella.
- ¿Lo sabe alguien más?- preguntó Laura ya más tranquila.
- Sam y Nia- respondió, haciéndome más daño el saber que las que yo creía mis amigas también me habían ocultado que la mujer a la que amaba estaba enamorado de otro que no era yo... si no mi amigo.
- ¿Y Hugo?- escuchar mi nombre me hizo querer encerrarme en mi casa a llorar tras la puerta.
- Él tampoco lo sabe... pero se lo voy a decir... estoy seguro de que lo comprenderá- esto ya era demasiado... más de lo que estaba dispuesto a escuchar.
Abrí la puerta con un salvajismo increíble, tirando el ramo y la caja en la entrada dando un par de pasos hasta que ellas pudieran verme. Las caras de las dos indicaban que no imaginaban para nada verme allí.
- ¿Qué te voy a entender? ¿Cómo me pides que te entienda si has estado jugando conmigo todo este tiempo?- estaba chillando y ahogándome con mis lágrimas al mismo tiempo, pero eso no importaba- ¿Cómo quieres que entienda que amas a otro que no soy yo? ¡Que amas a Adri!- ella comenzó a negar con la cabeza, noté como también comenzaba a llorar- ¡Te odio! Te odio por haberme dado a probar algo que nunca voy a poder tener... ¡Te odio Eva! – salí de allí dando un portazo y sintiendo como mi alma se quedaba atrás, perdida en algo que nunca debió suceder.
...
Corrí tras él, pero era demasiado tarde. Hugo había desaparecido escaleras abajo.
Sin querer, pise lo que suponían unas flores. Me agaché para recogerlas y esconderlas de Eva, la cuál se había quedado destrozada dentro del apartamento. Al hacerlo, mis ojos se abrieron de par en par al ver una pequeña caja de madera.
Sin pensarlo dos veces la abrí y comprobé que mis pensamientos no iba mal desencaminados... ¡Hugo le iba a pedir matrimonio a Eva!
No sabía qué hacer, así que metí la caja en mi bolso. Eva no debía saber esto a no ser que el propio Hugo se lo contase, no se merecía más sufrimiento. Sobre todo porqué sabía que ella no amaba a Adri, si no que Hugo había confundido las cosas... ella solo lo quería a él.
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Deseo a las estrellas
FanfictionEva Barreiro es lo que puede considerarse, una chica normal. Con 23 años recién cumplidos se acababa de independizar, mudándose a uno de los pisos en el centro de Madrid que poseía Adri, su mejor amigo. Llevaba enamorada de él desde que casualmente...