Se vende. II

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Cerré la puerta tras de mí y me coloqué las llaves en el bolsillo dejando que el llavero sobresaliese por fuera del pantalón. Incliné mi cuerpo hacia la izquierda y con mi mano agarré la bolsa de basura por las tiras. Como cada día, era la hora de sacarla. Como cada día, miraba esa puerta de enfrente antes de salir.

Hacía tiempo, por lo menos dos meses, que nadie se acercaba a ella. Al menos, para adentrarse.

Hace un mes, más o menos, recuerdo haber saltado desde mi balcón al suyo al comprobar que su cristalería estaba abierta. Me había colado en su casa y había llorado, mientras dormía con una de sus camisas y con su olor en su cama.

Luego había cometido el terrible error de haberla cerrado antes de volver a la mía. Ahora sí que no había ninguna posibilidad de que yo volviese a poner un pie en esa que una vez había sentido mi casa.

Di un paso y miré la basura, volviendo al pasado.

""- La basura...- me susurró, señalando mi bolsa con un dedo y sonriendo de medio lado. Esa sonrisa que comenzaba a aparecer en mis sueños noche , y noche también. Después de la bronca que me había echado esta mañana era de esperar que imaginase que no estaría de muy buenas pulgas, así que lo mejor sería tratarlo igual que siempre... de muy mala manera.

- Sí, la tengo delante- también señalé, pero no a su bolsa de basura, si no a él. Puse cara de niña inocente e indefensa mientras notaba como miraba como levantaba la otra bolsa victoriosa. Era toda una experta dándole estos tipos de contestaciones.

- ¡Que vecina más graciosa me ha tocado!- también levantó mi bolsa y dio un paso hacía delante al mismo tiempo que yo iba a coger hacia las escaleras. Nos miramos desafiantes y él, como todo el caballero que intentaba aparentar que era, se hizo a un lado para que yo pudiese pasar- Las mujeres primero- dijo con retintín, sin obtener ni un gracias mío, o al menos un insulto, que era lo que se merecía.-""

Ahora daría todo lo que tengo por volver a vivir esos momentos con él, aúnque no pudiese tenerlo.

No sé porqué me había tenido que empeñar en enamorarme de él, sabiendo que tarde o temprano uno de los dos iba a acabar sufriendo por esta historia imposible. Pero, me equivoqué, no solo había salido perdiendo uno, si no los dos.

En el fondo sabía que si lo encontraba y le explicaba todo lo sucedido, me comprendería y podría perdonarme por ello. Pero sabía que nunca perdonaría que le hubiese ocultado algo tan importante para mí, sobre todo sabiendo lo importante que era para él la sinceridad en una pareja, y al parecer, eso era algo que yo nunca podría proporcionarle.

Comencé a bajar las escaleras muy lentamente, como si intentase revivir ese momento de nuevo, al menos ser feliz de nuevo por unos instantes.

""Caminaba tras de mí y por lo que podía observar lo hacía sin apartar la vista... de... de... ¡Será degenerado! No apartaba los ojos de mis caderas. O este tío miraba en esa dirección a todo lo que tenía una buena parte trasera y se moviese, o yo lo estaba haciendo adrede sin darme cuenta para que fijara la vista justamente en ese sitio. Al igual que reconocía que era el chico más chulo, pesado y tonto que había conocido. Tenía que admitir que era el más guapo, sensual y corta rollos que jamás en la vida pensaría haber llegado a conocer. Intenté mirar hacía atrás con disimulo para averiguar si estaba haciendo lo que creía que estaba haciendo.

- No te estoy mirando a ti, preciosa. – dijo mintiendo porqué seguía observando cómo intentaba mirarme el culo con poco disimulo a decir verdad. Sabía que su contestación no me había mucho gracia, porqué a pesar de que estaba mintiendo, lo había hecho con un tono que solo él conseguía poner para irritarme, algo me decía que pensaba rematarla- La basura tiene mejores vistas que tu cuerpo.

Deseo a las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora