La tarde caía en Londres y el Expreso de Hogwarts se arrimaba a toda prisa hacia la estación King's Cross. Todavía quedaban algunos minutos de viaje. Los estudiantes conversaban en sus compartimientos. Lily Evans, Hestia Jones, Emmeline Vance y Eileen Lestrange charlaban y reían alegremente.
–Nos vemos en Navidad, cuñada –saludó con sarcasmo Regulus Black que pasaba por el corredor junto a Evan Rosier.
–Cuñada tus... –maldijo la chica para sí misma, sin llegar a terminar el insulto–. En cuanto averigüe quién ha sido el idiota que le ha comentado lo de su hermano.
–¿Qué cosa? –inquirió con curiosidad Mary.
Eileen suspiró. Con el enojo de haber perdido el partido de quidditch, no les había comentado a sus amigas que Regulus Black sabía lo del beso de Sirius. Ninguna era muy adepta al quidditch, así que evitaron tocar el tema de la derrota de Gryffindor, especialmente teniendo en cuenta el mal genio que tenía Eileen al respecto. Así que, apresuradamente, les contó lo que había ocurrido.
–Creí que había sido Sirius, pero Potter asegura que hace semanas que no habla con su hermano –finalizó la chica, recogiéndose el cabello negro en una coleta alta.
–Se lo puede haber comentado cualquiera de Slytherin, Severus o algún otro... –aventuró Lily sin darle demasiada importancia.
–En ese caso, ¿cómo se enteraría Snape o quien...? ¡Espera! –se interrumpió Eileen de pronto clavando sus ojos negros en el rostro de su amiga–. Dime que no has sido tú quien le dijo a Snape lo que había pasado.
–Lo he comentado –admitió la pelirroja.
–¡Eres una imbécil! ¿Por qué demonios hablas con tus amigos de Slytherin de mi vida?
–Simplemente salió el tema, estábamos hablando de otra cosa y...
–No me interesa, no sé qué necesidad tienes de ir a contarle justamente a Snape. Para que vaya y me hagan quedar como una idiota frente a todo el colegio ¡Gracias, Lily! –replicó con enojo. El tren acababa de detenerse en el andén y Eileen tomó su baúl y descendió apresuradamente.
Apenas puso un pie en el andén empezó a buscar con la mirada el rostro de sus padres. No localizó a Elle ni a Belmont Lestrange. Su mirada, en cambio, se topó con los ojos marrones de su hermano Rodolphus. Se dirigió hacia el lugar en el que él estaba esperándola con una amplia sonrisa y ella también sonrió. El joven recibió a la adolescente con un fuerte abrazo. Luego, apuntó con su varita al baúl de la chica, que desapareció. Sin dejar de sonreír, le ofreció a la chica su mano. Ella la tomó y desaparecieron.
Eileen pestañeó un par de veces desconcertada al notar que no se encontraba en su casa. Estaba en un salón elegante, decorado con muebles antiguos. Era una casa señorial, aunque a diferencia de la mansión de los Lestrange, los colores de las paredes le daban un aspecto oscuro y lúgubre. Sin embargo, había una araña en el centro de la habitación con un enorme candelabro que iluminaba todo el ambiente.
–Bienvenida a la otra mansión Lestrange, hermanita –murmuró Rodolphus amablemente mirando cómo Eileen observaba con curiosidad a su alrededor.
–¡Oh! ¿Estamos en tu casa? –inquirió ella. El verano pasado, luego de la boda, él y Bellatrix se fueron de luna de miel y regresaron cuando ella ya estaba en Hogwarts. De manera que la chica no conocía aún la casa de su hermano– ¿Y por qué hemos venido aquí? –Preguntó con curiosidad.
-He pensado que sería lindo que compartiéramos una velada de hermanos. Rabastan vendrá en un rato, en cuanto termine algunos asuntos. -Explicó él.
–¿Está todo bien? ¿Y mamá y papá?
–Está todo perfecto, Eileen. Madre y padre están en su casa, les he dicho que Rabastan te llevará luego de cenar.
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La alianza impensada para cambiar el pasado
FanfictionPetunia Dursley se entera de la muerte de su hermana y quiere revertir ese hecho. Para eso, acude a la última persona que hubiera pensado: Severus Snape. ¿En qué consistirá el plan de ellos dos para cambiar el pasado y evitar la muerte de Lily?