Capítulo LV: La treta de la comadreja

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Eileen y Regulus se aparecieron justo en el umbral del número 12 de Grimmauld Place de manera de no ser vistos si alguien vigilaba desde la plaza o en la calle. Ingresaron a la casa, en donde Walburga y Orion estaban conversando en la sala. Los invitaron a unirse y ella se excusó un momento aduciendo que iba al sanitario. Subió lo más a prisa que su prominente barriga se lo permitió y tomó el espejo. Cerró la puerta del dormitorio y estaba a punto de pronunciar el nombre de Sirius cuando la invadió la duda ¿Era a él a quien debía avisarle? ¿Y si Sirius fuese el...? No, él no podía ser el espía. De lo contrario, Eileen ya estaría muerta. Pero, igualmente, tal vez lo más prudente era avisarle directamente a James.

-¡James Potter! -Murmuró desganada.

Los ojos avellana y el cabello azabache aparecieron de inmediato en el vidrio. Frunció el ceño al ver a la chica.

-¿Está todo bien? -Le preguntó.

-No, Lily y tú tienen que esconderse.

Eileen le explicó apresuradamente lo que sucedía. Sin embargo, James parecía obstinado en encontrar otra posibilidad. A pesar de lo que la chica le repetía, no estaba dispuesto a desconfiar de Sirius, Remus ni Peter. Insistía en que podría llegar a ser algún conocido, pero no tan allegado. Se suponía que ella tenía que bajar a la sala en pocos minutos. No tenía tiempo para discutir. Así que le repitió lo que había escuchado y se despidió. Tomó un pergamino y garabateó un mensaje a toda velocidad explicando lo ocurrido. Le indicó a la lechuza que se la enviara a Dumbledore y bajó a reunirse con los Black.

Ella y Regulus subieron una hora más tarde. A pesar de estar cansada, Eileen no podía dormirse. Estaba preocupada por la situación. Si el espía era alguno de los tres mejores amigos de James, ella estaba sumamente expuesta. Todos sabían que Sirius tendría gemelas con Eileen, que ocultarían la existencia de una de ellas a toda la familia, que ella actuaba como espía... La situación no podía ser peor.

-Tranquilízate, Eileen. No va a suceder nada. -Le aseguró Regulus con calma.

-¿Te estás escuchando? Ya oíste a tu prima esta noche. Quienquiera que sea el espía, sabe que estoy traicionando a los mortífagos, Regulus.

-Y hasta ahora no ha dicho nada. -Apuntó él -¿Por qué lo diría entonces? Algún motivo tiene para no delatarte.

-No estoy tan segura. -Discrepó ella.

Eileen tomó el libro que estaba leyendo y se enfrascó en la lectura sin prestarle atención a su marido.

La treta de la comadreja

Este encantamiento se llama así porque consiste en hacer lo que suelen hacer las comadrejas para defenderse: fingir la muerte. El encantamiento es sencillo y no provoca en el destinatario ningún daño. A pesar de encontrarse perfectamente, la persona parecerá muerta ante cualquier tipo de control y revisión.

Este truco ha sido muy utilizado por personas que han querido desaparecer y también para realizar secuestros. Con un encantamiento sencillo, se puede convencer a los familiares y allegados de que alguien ha muerto. Luego del sepelio, se extrae el cuerpo y se secuestra a la persona. En 1906, Hilary Henderson denunció que la secuestraron con ese truco. Y años más tarde, Amy Fey aseguró que le robaron a su bebé utilizando ese encantamiento. Al investigar, los magos del Ministerio de la Magia comprobaron que el cuerpo enterrado era una duplicación mágica, de manera que el verdadero niño había desaparecido. Sin embargo, el hijo de Fey jamás fue hallado.

Para realizar el encantamiento, hay que apuntar al cuerpo -o al vientre de una mujer embarazada si se quiere hacer con una criatura a punto de nacer- y repetir "Innertis".

-¡Regulus! Lo encontré. -Murmuró Eileen entusiasmada.

Él se incorporó en la cama y la miró sin comprender.

-¿Al espía? -Preguntó desconcertado.

-No... A la forma de engañar a Narcisa. Habrá que hacerle creer que una de las niñas nació sin vida. -Murmuró mientras se llevaba una mano al vientre al recibir una fuerte patada, como si sus hijas se opusieran a esa idea. Llevaba meses pensando con Regulus y Sirius cómo hacer para separar a una de las bebas de Narcisa en el momento del nacimiento. Ella le tendió el libro y él sonrió.

-Es muy sencillo. -Observó entusiasmado.

-Yo me negaré a verla y me quedaré con la que nació con vida. Diremos que no queremos sepelio ni nada, tú la llevarás al panteón de los Black solo... Se la darás a Sirius. -Murmuró.

-Cuenta con mi ayuda. -Le prometió Regulus con una sonrisa.

En ese momento, el entusiasmo le brindó a Eileen algo de tranquilidad y finalmente, tras un día de intensas emociones, consiguió dormirse.

La alianza impensada para cambiar el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora