Capítulo XVI: La final

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La Sala Común de Gryffindor estaba completamente desierta. Eileen Lestrange terminó de resumir el libro de pociones y organizar en tarjetas la información más importante. Con un movimiento de su varita, el montón de cosas que estaban esparcidas sobre la mesa, acudió raudamente a su mochila. La chica se la cargó al hombro, dispuesta a subir las escaleras. La sala estaba en penumbras. Las últimas velas se estaban consumiendo y la luna llena iluminaba gran parte de la estancia. 

La muchacha no había alcanzado el primer peldaño de las escaleras cuando un sonido en el hueco del retrato llamó su atención. Giró la cabeza y observó tres siluetas que venían muy juntas unas de otras. Vio a Sirius, James y Peter entrar a toda prisa.

–¡Eres un imbécil! –murmuró enojado James mientras fulminaba con la mirada a Sirius– ¡¿Qué demonios tenías en la cabeza, Canuto?! 

Eileen frunció el ceño extrañada. Era la primera vez que veía al chico tan enojado y sorprendía que el motivo de su furia fuera su mejor amigo. James sostenía firmemente su varita, aunque apuntaba hacia el suelo. Su frente estaba perlada de sudor y respiraba agitadamente.

–¡Bah, estoy harto de Quejicus! ¿Quiere husmear en qué andamos? ¡Pues que se atenga a las consecuencias! –bufó Sirius de mal modo.

–¿Y Lunático también? –inquirió James sin quitarle los ojos de encima. 

Su tono había pasado del grito al susurro, pero igualmente mantenía el aura de ira que tenía minutos antes. Peter observaba la discusión entre sus amigos ladeando la cabeza hacia un lado y otro. Por algún motivo, Sirius ahora parecía avergonzado.

–No he pensado en eso... –admitió finalmente.

–No, no has pensado ni en eso ni en nada. Ni en cómo se sentiría él si le pasaba algo a Quejicus ni en el hecho de que justamente es Snape quien sabe... –James miró a Eileen de soslayo y dejó de hablar–. En fin, eres un idiota.

El chico le dio la espalda a su amigo y se dirigió a toda prisa a la escalera que daba hacia el cuarto de los varones. Los otros tres se quedaron en la Sala Común mirándose en silencio. Finalmente, fue la chica quien habló.

–¿Qué ocurrió? –preguntó desconcertada. Era la primera vez que veía discutir de ese modo a James y a Sirius. Los dos chicos dieron un respingo, como si se acabaran de dar cuenta de que ella estaba allí.

–Nada –suspiró su novio–. Tiene razón en que soy un idiota.

Sirius Black también subió las escaleras y Eileen se quedó pasmada ante la actitud. Sus ojos negros se clavaron en los de Peter Pettigrew, que la observaba como asustado.

–¿Se puede saber qué pasó? ¿Por qué están tan enojados esos dos? –inquirió la chica mirándolo fijamente. Peter suspiró y negó con la cabeza– ¿Tú tampoco me dirás de qué se trata?

–Es un secreto... –murmuró finalmente en voz baja, indeciso acerca de si correspondía o no contarle a la muchacha. 

Los ojos pequeños de Pettigrew recorrieron toda la Sala Común, como esperando que alguien le dijera qué debía hacer.

–Soy demasiado buena guardando secretos, Peter –aseguró Eileen con pesar mirándolo directamente a los ojos–. ¿Por qué están tan molestos Sirius y James? ¿Y dónde está Remus?

–Sirius fue el de la idea de la broma. No ha querido hacerle daño realmente, solamente que se dejara de molestarnos –explicó mientras se sentaba en uno de los sillones y Eileen lo seguía. 

El chico hablaba en voz tan baja que era apenas un susurrro. Ella se sentó a su lado, aguzando el oído para no perderse detalle. 

–Snape vio a Remus cuando lo llevaba Madame Pomfrey, entonces quiso saber qué sucedía. Y Sirius le dijo cómo seguirlo. Fue James quien detuvo a Quejicus y se arriesgó para salvarlo. Porque si no, Remus podría haberlo lastimado seriamente aunque no fuera su intención  –Eileen lo miraba desconcertada sin comprender nada. Peter suspiró y finalmente le dijo a la chica con tono de culpabilidad–. Remus es un hombre lobo. Por eso se va todos los meses cuando hay luna llena. Ahora Snape lo vio y se ha enterado. Por eso, James está enojado con Sirius. No le dirás a nadie, ¿verdad?

La alianza impensada para cambiar el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora