Eileen observaba caer los copos de la primera nevada del año a través de la ventana de una de las aulas del castillo. Octubre llegaba a su fin y los terrenos de Hogwarts se teñían de blanco con la llegada de las gélidas temperaturas del invierno. Mientras el profesor Slughorn hablaba sobre las propiedades de alguna poción, ella miraba hacia el exterior, absorta en el espectáculo que daban los árboles del bosque prohibido acumulando la nieve y vistiéndose de blanco. Sus ojos negros pasearon por el aula. Fueron desde Sirius Black, que estaba sentado en la fila que daba a la puerta del aula, junto a James Potter, hasta Lily Evans, que se encontraba a su lado. Hacía semanas que se había quedado pensando en el consejo que le había dado Black, que tenía que decirle a sus amigas quién era realmente su familia. Pero a pesar de que consideraba que él tenía razón, cada vez que se planteaba hacerlo seriamente, no encontraba la manera.
El ataque de Hogsmeade había pasado como una más de las embestidas de los mortífagos en diferentes puntos del país. Al cabo de unos días, nadie más había vuelto a mencionarlo y los nombres de Rodolphus y Rabastan no salieron a la luz en ningún momento. En ese contexto, quedarse en silencio era lo más cómodo para la chica, que temía la reacción de sus compañeras si les explicaba lo que estaba sucediendo. A pesar de ello, sentía que tenía que hacer todo lo contrario.
Su mirada se detuvo un momento en los largos apuntes que estaba tomando Lily acerca de lo que decía el profesor. Su amiga llevaba escrita casi una carilla y su pergamino aún estaba en blanco ¿Qué poción estaba explicando Slughorn? Ni siquiera lo sabía Eileen. Debería pedir a la pelirroja en algún momento que le prestara sus anotaciones, porque no había prestado atención a la clase ni un solo minuto.
Aquel viernes, el Gran Salón estaba decorado con calabazas que contenían una vela en su interior, serpentinas negras y naranjas y toda la temática de Halloween. Eileen y sus compañeras se sentaron junto a los chicos de su curso para el banquete de la noche. Las risas y las conversaciones en voz alta llenaban el ambiente y la calidez dejó de lado la helada noche que había detrás de las paredes del castillo.
–¿Dónde están James y Sirius? –inquirió Eileen al notar que ninguno de los dos estaba sentado a la mesa. Los había visto frente a ella hacía unos momentos, después de la cena. Pero, de un momento a otro, parecían haber desaparecido.
–No lo sé, andarán por ahí... –respondió Lupin de manera evasiva. Ella no le dio más importancia al asunto, aunque se sorprendió de que pasara un buen rato y ninguno de los dos anduviera por el Gran Salón. El banquete terminó y los estudiantes se dirigieron a sus respectivas casas.
Al entrar en la Sala Común de Gryffindor, Eileen abrió los ojos de par en par a causa de la sorpresa. Allí, había otro banquete: gran cantidad de cervezas de manteca y golosinas de Honeydukes. Alguien puso música y la fiesta continuó.
Ya era la madrugada y habían pasado varias horas bailando, riendo y divirtiéndose cuando Eileen decidió subir a su dormitorio. Algunos estudiantes ya se habían ido a dormir y Mary y Hestia estaban por hacer lo mismo. Solo quedaban unos pocos alumnos en la Sala Común. Estaba en uno de los sillones, charlando con Sirius. Estaba a punto de despedirse hasta el día siguiente cuando de repente, el chico se acercó a ella y antes de que pudiera decir o hacer algo, la besó.
–¡¿Qué haces?! –exclamó la chica alterada. Sentía el corazón latir a mil por hora.
–Lo siento, no pensé que te molestara... –intentó disculparse él.
–¡No pensaste! Eso es claro. Hay cosas que se consultan antes, idiota –murmuró molesta. Se levantó del sofá y subió casi corriendo al dormitorio.
Una vez en la habitación, intentó serenarse. El beso de Black la había tomado totalmente por sorpresa. Jamás se había imaginado que el chico la viera de ese modo. Habían bromeado entre ellos varias veces con lo de futuros esposos, pero creía que estaba claro que se trataba de un comentario que no iba en serio. Pero además, le preocupaba haber quedado en evidencia. A ella le gustaba Sirius, pero no le había dicho una palabra de ello a nadie. Ni siquiera a sus amigas. Entonces, ¿por qué él se atrevió a besarla sin preguntarle? ¿Acaso había sido muy evidente?
A Eileen siempre le habían parecido idiotas las chicas que andaban por los pasillos del colegio derramando suspiros, ojitos y miradas enamoradas hacia quienes les gustaba. Nunca había salido con nadie, pero no se imaginaba a sí misma de ese modo ¿Sería posible que sin darse cuenta se hubiera mostrado así y eso le hubiera dado a Black la confianza para acercarse y besarla?
–¿Estás bien? –le preguntó Mary entrando al dormitorio. Lily, Emmeline y Hestia la seguían.
–¿He quedado como una idiota? –preguntó mientras sentía que sus mejillas se ruborizaban.
–¡Para nada! El idiota ha sido él... –respondió Lily inmediatamente.
–Has hecho lo que debías, has estado bien –coincidió Emmeline.
Pero ella no se refería específicamente a lo sucedido aquella noche. Su preocupación era, más bien, saber si antes, las semanas previas o durante el banquete, en algún momento, se había comportado como una enamorada estúpida.
–Quiero decir si he quedado como una idiota en otro momento... No quería que nadie supiera que me gus... que no quería quedar como una tonta... o sea... –era complicado encontrar las palabras precisas para decirlo, pero Lily comprendió de inmediato a qué se refería.
–¡¿TE GUSTA BLACK?! –preguntó sorprendida a los gritos.
–¿Quieres callarte? –murmuró Eileen con el rostro rojo de vergüenza. El resto de sus compañeras reía a carcajadas. –¿O quieres que te escuchen desde todo el castillo?
–Lo siento, perdón –se disculpó la chica–. Es que... ¡¿Cómo te puede gustar Black?!
–No sé si me gusta. Es como que...
–Sí te gusta –afirmó Hestia con una sonrisa.
–¿Cuál es entonces el problema de que te besara? –inquirió Emmeline desconcertada.
–No quiero salir con él... O no lo sé, no sé qué es lo que quiero, me ha descolocado.
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La alianza impensada para cambiar el pasado
FanfictionPetunia Dursley se entera de la muerte de su hermana y quiere revertir ese hecho. Para eso, acude a la última persona que hubiera pensado: Severus Snape. ¿En qué consistirá el plan de ellos dos para cambiar el pasado y evitar la muerte de Lily?