Eileen y Regulus entraron a la Mansión de Prestbury donde reinaba el silencio. En el sillón de la sala, Elle Lestrange estaba dormida, con Lyra en brazos. Su hija se acercó a ella y le acarició suavemente el brazo para despertarla.
-Mamá, te vas a hacer mal la espalda durmiendo así. Te hubieras acostado en una cama. -Le susurró cuando la mujer abrió los ojos.
-Ella no quería saber nada con acostarnos en la cama. Cada vez que lo hacía, lloraba como desesperada. -Señaló Elle, mirando con ternura a la beba.
-Caprichosita y consentida. -Exclamó Eileen con cariño tomando a la pequeña en sus brazos. Lyra se acomodó, estiró sus manitas y siguió durmiendo con la cabeza apoyada en el pecho de su madre. Ella sonrió, sus dos bebas estaban bien. No sabía a dónde había ido Sirius, imaginaba que a casa de los Longbottom, que era el cuartel de la Orden del Fénix. Estaba claro que no podía ir a su departamento ni tampoco a casa de los Potter. Necesitaba confirmar si Lily estaba bien. Pero la charla con Sirius tendría que esperar. Aún ni siquiera estaba al tanto concretamente de qué había ocurrido de aquel lado y debía averiguar lo más que pudiera para alertar a la Orden.
-¿Rabastan ya está en casa? -Inquirió su madre estirándose y poniéndose de pie.
-No lo sé. No lo he visto al regresar. -Respondió ella tratando de no preocuparla demasiado. -Pero puede que haya ido directamente a tu casa. -Agregó. Su intento de tranquilizar a su madre no funcionó. La preocupación en el rostro de la mujer era visible.
-¿Y Rodolphus? -Preguntó Elle.
-Sí, lo vi antes de venir para aquí. Está en su casa. -Le contestó sonriendo. Una leve sonrisa se dibujó también en el rostro de su madre.
-Iré a casa. Nos vemos luego.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que Eileen volvió a ver a su madre. Cuando Elle salió de Prestbury, ella subió a acostar a la beba en su habitación. Estaba por cambiarse para ir a dormir cuando recibió una lechuza. "Vayan urgente a casa de mamá y papá", le indicaba un pergamino escrito con la letra de Rodolphus. Frunció el ceño con preocupación ¿Qué estaría sucediendo para que tenga que irse a toda prisa? ¿Acaso los estaban persiguiendo? Tal vez los aurores estaban por investigar. Al fin y al cabo, ya habían registrado una vez la casa de Prestbury. Le avisó a Regulus y los tres se dirigieron a la Mansión Lestrange.
-¿Qué ocurre? -Inquirió espantada, aunque el llanto de su madre y la expresión abatida de Belmont le daba una pista.
-Rabastan está muerto. -Explicó con voz ahogada Rodolphus. -Han venido del Ministerio a informar hace unos minutos. Lo encontraron en una esquina del Valle de Godric. Bella está con Narcisa, también Lucius ha sido asesinado. Estaba junto a Rabastan.
Rodolphus abrazó a su hermana y Eileen le entregó a Lyra a Regulus. Así que Rabastan y Lucius. Esos eran los dos mortífagos que había matado para salvar a Amber y a Sirius. La invadió una sensación extraña, difícil de describir. Nadie durmió aquella noche. Rodolphus le ordenó al elfo que preparara un té y comenzó a organizar el funeral de su hermano. Eileen le ofreció a su madre, que no paraba de sollozar, una poción tranquilizante. Sin embargo, eso no hizo que la mujer se durmiera. Simplemente se calmó como para poder dejar de llorar amargamente por su hijo. Lyra era la única excepción, que dormía estirada en el sofá de sus abuelos, ajena a todo el ajetreo que había en esa casa.
-La llevaré a la cama. -Anunció tomando a la niña en brazos. Subió hacia su antiguo dormitorio y acostó a la pequeña que no pareció enterarse de nada. Luego, observó por la ventana el parque de la mansión.
A lo lejos, una mancha anaranjada en el horizonte anunciaba la llegada del nuevo día. De repente, a Eileen la abrumó el espanto de todo lo sucedido. Había fracasado en su intento de proteger a los Potter. James estaba muerto y ella no había conseguido siquiera avisarle para saliera huyendo de la casa con su familia a tiempo. La incertidumbre por saber cómo estaba Lily era terrible. Y el relato del maleficio asesino rebotando en un bebé era imposible de creer. Se enjugó las lágrimas con el dorso de la mano y salió del cuarto. No llegó a dar ni tres pasos que el llanto de la niña la hizo regresar. La claridad del nuevo día comenzaba a iluminar la habitación y Lyra ya se había despertado.
Eileen bajó a la cocina para darle el desayuno a su hija y reprimió un escalofrío al ver el féretro que habían instalado en la sala. Mientras la beba tomaba su leche, se acercó al cajón. Observó durante un segundo el cuerpo de su hermano sin vida. "Imbécil", pensó con el rostro empapado en lágrimas. Si no se hubiera metido con Amber, no hubiera tenido que matarlo. Rememoró la escena en el Valle de Godric. Entre la capucha y la máscara, había llegado a ver cabello castaño en el primer mortífago al que había asesinado. Rabastan había luchado con Sirius, lo había vencido y estuvo a punto de matar a la niña ¿Habría alcanzado a notar el parecido con Lyra? ¿Se habría dado cuenta lo igual que era esa bebé a su sobrina? ¿O simplemente estaba dispuesto a atacarla sin importarle en absoluto?
-Hey, ven aquí. -Susurró Rodolphus abrazándola. Apoyó la cabeza en el pecho de su hermano y dejó que él la rodeara con los brazos.
Pasados unos minutos, dejó a la niña con Regulus y subió al que alguna vez había sido su dormitorio. Se encerró en el baño, como había hecho tantas veces antes y susurró el nombre que llevaba pensando toda la noche.
Sirius ni siquiera la saludó, simplemente observó a través del espejo con el rostro abatido. Era como si cada centímetro de sus expresiones faciales gritaran la pena por la muerte de James. Eileen tampoco tenía mucho mejor aspecto, pero fue la primera en hablar porque necesitaba información.
-¿Cómo está Lily?
-Destruida... Pero no le han hecho nada, si es a eso a lo que te referías. -Contestó Sirius con voz baja. Eileen solo asintió con la cabeza. -¿Y tú cómo estás? -Inquirió estudiándole las facciones con detenimiento.
-Un poco espantada... Ahora mismo tengo el funeral de mi hermano, al que yo misma he asesinado.
-Lo lamento. -Murmuró Sirius.
-Yo no. Era él o Amber. Así que estoy convencida de haber hecho bien.
-Quiero decir que lamento no haberlo matado yo, así te ahorraba el mal trago. -Aclaró el muchacho.
-Descuida. -Replicó ella.
De un momento a otro, la conversación pasó de Rabastan Lestrange a James Potter. Comenzaron a hablar de los años en Hogwarts, de cómo había sido el único amigo capaz de entender lo que era para ellos la cueva de serpientes en las que vivían, cómo había intervenido cuando se peleaban en la adolescencia, del quidditch... Los recuerdos alegres ganaron y la charla terminó incluso con algunas risas.
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La alianza impensada para cambiar el pasado
FanficPetunia Dursley se entera de la muerte de su hermana y quiere revertir ese hecho. Para eso, acude a la última persona que hubiera pensado: Severus Snape. ¿En qué consistirá el plan de ellos dos para cambiar el pasado y evitar la muerte de Lily?