La habitación era amplia y en el centro reinaba un enorme espejo ovalado, con un grueso marco de roble. Era una mañana soleada y los rayos se colaban a través de las finas cortinas de gasa blanca. Elle Lestrange y Walburga Black estaban enfrascadas en los últimos detalles. La primera, retocaba el maquillaje de la novia. La segunda de ellas, se encargaba del peinado. A la muchacha le pareció que pasaba una eternidad hasta que su madre y su futura suegra se alejaron unos metros y pudo verse en el espejo.
Diminutas trenzas peinaban su cabello negro formando un recogido ajustado que estaba decorado con pequeños zafiros. A la luz del sol, las gemas brillaban desmesuradamente. Su rostro estaba impecable, con retoque en las cejas y pestañas, sombreado sutil en los párpados, los labios rojos y las mejillas rosadas. Una delicada cadena de plata decoraba su cuello. El vestido era completamente blanco, un corsé bordado con diminutos zafiros en el torso, sin manga del lado derecho y con una manga ancha y larga de tela delicada en el brazo izquierdo. La caída era ancha, resaltando su cintura estrecha. Walburga se acercó nuevamente a ella y le colocó una corona con el tul sobre la cabeza.
Un suave golpe a la puerta y Belmont ingresó a la sala en la que las mujeres estaban terminando de preparar a la novia. Eileen espió a través de la cortina, los invitados ya estaban todos en el jardín de lo que a partir de ese día sería su hogar. Sus ganas de salir corriendo se incrementaban a cada segundo. Walburga y Elle bajaron a los jardines y posteriormente, la chica y su padre atravesaron el pasillo tomados del brazo.
Salieron a la terraza y Belmont condujo lentamente a su hija por las escaleras que conducían hacia el altar, en los jardines de Prestbury. Regulus esperaba junto al altar, escoltado por sus padres, Elle, Bellatrix y Narcisa. La ceremonia comenzó inmediatamente y Eileen suspiró con alivio cuando el mago encargado de presidirla anunció:
–Señor y señora Black, los declaro marido y mujer.
Regulus besó a Eileen e inmediatamente los dos jóvenes se vieron envueltos en una multitud que los abrazaba y felicitaba. La muchacha sonreía alegremente, ya solamente quedaba soportar una fiesta. Los novios abrieron el baile y unos minutos más tarde, Belmont reclamó su turno para bailar con su hija. Le siguieron Rodolphus y Rabastan...
La noche cayó demasiado pronto para lo que Eileen hubiera deseado. Aunque si fuera por sus deseos, preferiría que jamás cayera el sol. Los invitados comenzaron a despedirse y luego, Narcisa se acercó a los novios a anunciar que el traslador estaba listo y sus valijas ya se encontraban en el destino en el que pasarían la Luna de Miel.
Eileen y Regulus se dirigieron a una sala más pequeña en la casa y tocaron el almohadón que estaba sobre una mesita de madera. Inmediatamente, fueron trasladados a una pequeña casa a orillas del mar. Estaban en Woolacombe, donde pasarían los siguientes siete días. Regulus tomó en brazos a Eileen y subió las escaleras con la chica a cuestas hasta el dormitorio. Allí, la dejó nuevamente de pie. Entonces, volvió a besarla con una intensidad que no lo había hecho hasta entonces.
–Iré a cambiarme –anunció ella nerviosa. Tomó ropa de su valija y entró rápidamente al baño. El corazón le latía a mil por hora y le temblaban las piernas. "Has hecho cosas espantosas, puedes hacer esto también", se dijo a sí misma antes de regresar al dormitorio con un camisón corto de seda y encaje.
***
Eileen se acostumbró con facilidad a la vida en Prestbury. La mansión estaba ubicada en el medio de un enorme parque. Los ambientes eran luminosos y le recordaban a su antigua casa. Regulus solía compartir el desayuno con ella y luego se iba hasta la tarde, por lo que ella tenía casi todo el día libre, para dedicárselo al estudio o a lo que quisiera. La gran cantidad de tiempo libre le permitía también ir a visitar a Sirius cuando lo deseara. Las tareas del hogar estaban garantizadas gracias a Wilbur, el elfo doméstico que los Black le habían regalado a los chicos en su boda. Así que Eileen solamente debía indicarle las cosas que había que hacer y luego la criatura se encargaba de ellas.
Sin embargo, las actividades de los mortífagos eran cada vez más demandantes. La cantidad de adeptos que había conseguido Voldemort parecía incrementarse con el paso de los días. Los ataques a los diferentes pueblos de magos y muggles se producían casi a diario. Pero, más allá de las acciones en general, había muchas puntuales. La persecución a los miembros de la Orden del Fénix se había convertido en una verdadera cacería. En una de las reuniones, Lucius informó que había descubierto en dónde vivía Benjy Fenwick y cuál era la ruta que hacía habitualmente desde que salía de trabajar hasta que desaparecía rumbo a su casa. La indicación de Voldemort fue asesinarlo cuanto antes. Apenas llegó a su casa, Eileen se encerró en el baño y advirtió a Sirius lo que estaba sucediendo. La Orden consiguió esconderlo a tiempo y no le ocurrió nada.
El verdadero problema estaba en que no todas las informaciones se compartían en las reuniones de los mortífagos. Quienes descubrían a algún miembro de la Orden lo comunicaban a Voldemort de manera inmediata y muchas veces en privado. Esa misma semana, Eileen despertó a la madrugada con la voz chillona de Dobby, el elfo doméstico de los Malfoy.
–¿Qué ocurre?
–La ama Narcisa requiere su ayuda. Ha habido un altercado en una misión –explicó el elfo.
–Ahora mismo voy –anunció y desapareció inmediatamente.
En la Mansión Malfoy, Rodolphus y Bellatrix estaban inconscientes y Narcisa estaba sobrepasada atendiéndolos. Rabastan, quien había conseguido llevarlos hacia allí, estaba furioso. Habían ido a atacar a Dorcas Meadowes y, pese a haber sido sorprendida en desigualdad numérica, la bruja había conseguido defenderse, atacarlos y escapar. Mientras seguía sus indicaciones y ayudaba a Narcisa, Eileen tuvo que hacer un esfuerzo para disimular su satisfacción ante lo ocurrido.
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La alianza impensada para cambiar el pasado
FanfictionPetunia Dursley se entera de la muerte de su hermana y quiere revertir ese hecho. Para eso, acude a la última persona que hubiera pensado: Severus Snape. ¿En qué consistirá el plan de ellos dos para cambiar el pasado y evitar la muerte de Lily?