Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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Su belleza denotaba juventud, una tersa piel acanelada sin ninguna imperfección, era perfecta. Si por si sobresalía muy fácil entre los estudiantes por sus rasgos extranjeros. Era un chico de descendencia Mexicana y Coreana, lo cual al combinarse resulto en pura perfección. Sus redondos ojos obscuros como la noche llamaban tanto la atención, no eran rasgados o chicos como los de un asiático pero si podías notar alguna que otra característica en ellos. Eran redondos pero un poco alargados, su mirada era penetrante e intensa que hacia intimidar a cualquiera. Su sonrisa de galán mataba a cualquiera, una dentadura perfecta y brillante. Cabello de un castaño obscuro con puntas onduladas que caían por debajo de sus cejas apenas llegando a la altura de los ojos. Y si eso no era suficiente para llamar la atención, sin duda su altura de 1.95 terminaría por hacerlo.
Robaba suspiros y miradas por donde sea que fuera. El alfa soñado de cualquier omega. Y ni negar su aroma potente de una mezcla atrayente entre tequila y bosque mojado. Una combinación algo extraña pero para nada asfixiante al olerla, sino todo lo contrario, era adictiva. Era suficiente para tener a todos a sus pies rogando por su atención.
El alfa paseaba por los pasillos junto a su grupo de amigos con un aura intimidante que mostraba poder y dominancia. Nadie se cruzaba en su camino por miedo a ser pisoteado por aquel chico de espalda ancha y gran musculatura. El ejercicio era su fuerte, se la pasaba entrenando cada día de la semana sin falta y más siendo el capitán del equipo de futbol americano. Su sola presencia era suficiente para transmitirle temor a cualquiera. Era imposible acercársele y no por ser el chico popular sino porque las omegas o betas a su alrededor lo hacían imposible. Nadie se doblegaba a nadie o a nada cuando se trataba de aquel alfa. Todas hacían lo posible por ser clamadas por él cómo su pareja. Si nadie lo tenía aun, todas podían hacer su movimiento.
El problema aquí era que Julián Kim jamás se ha fijado en nadie como para clamarla como su pareja. Por ello la insistencia de las chicas de la institución en querer ser la primera en el corazón de aquel chico rudo.
A pesar de tener por donde escoger, el chico nomas se encargaba de alejarse de las revoltosas omegas y betas que morían por su atención que no conseguían para nada. Él nomas se encargaba de usarlas para sus celos o cuando estuviera aburrido. Lo típico de un alfa dominante y arrogante. Desgraciadamente, a nadie le importaba ser pisoteada y tratada como un objeto, con tal de tener un momento con el alfa. Pobres chicas ilusas que se hacían humillar por aquel chico y sin importarles lo desesperadas que se vieran por ser tocadas por aquellas grandes manos. Si no pueden ganar su corazón, al menos podrán tener toda su atención por una sola noche.
Era bien sabido que aquel alfa de tez acanelada no se involucraba dos veces con la misma persona. Era solo cosa de una noche, literal. Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que muchas querían hacerlo cambiar de parecer. Querían convertirse en su para siempre, patético la verdad.
Ver como todos se peleaban por aquel alfa que no tenía nada de interesante era algo confuso para aquella omega de cabellera castaña clara y ojos color miel, que miraba todo de lejos desde su casillero mientras sacaba unos libros para su siguiente clase. La omega no entendía el porqué de tanto barulló por un alfa cualquiera que nomás se creía la gran cosa si lo único que sabía hacer era pisotear a todos por ser el capitán de futbol y el más popular.
