Después de largas horas de viaje, llegaron a su destino. Sus abuelos los recibieron con grandes sonrisas y abrazos. Meztli se sentía culpable de no poder transmitir la misma emoción que sus adultos. Odiaba ver como sus abuelos la recibían con tanto amor y ella lo único que podía hacer era pensar en irse a encerrar nuevamente en su cueva; y así hizo.
Una vez saludara a ambos mayores pregunto cortésmente donde se instalaría para empezar a desempacar sus pertenecías. Se retiró con la excusa de que se sentía cansada por el largo camino, lo cual no era una total mentira. Estaba agotada de estar sentada por horas en ese incomodo automóvil. Al llegar a su habitación—la misma que usaba de niña—se sorprendió ver como nada había sido remplazado ni movido. Era tal como la recordaba. Bueno, definitivamente, la cama había sido sustituida por una más grande no habría forma en que su vieja camita fuera lo suficiente mente larga para estirarse. Aunque, ahora que lo pensaba, sus abuelos estaban pensando en ella y eso fue lo que más la quebranto. A pesar de mantener la mayor parte de la habitación intacta, hicieron esa remodelación con la esperanza de que algún día fuera a visitarlos.
Dejo sus maletas en alguna esquina del gran cuarto para acercarse al estante de muñecas de diferentes estilos. Pensó que estarían llenas de polvo por lo que le impresiono ver lo limpias que se encontraban. Sonrió con tristeza de solo imaginar cómo sus abuelos se encargaban de que el polvo no se acumulara en toda la habitación. Abrió los ojos en grande al notar que entre todos los juguetes, estaba una muñequita de trapo vestida con un vestidito floreado rojo y rulos castaños, al igual que unos botones negros por ojos y sonrisa dibujada delicadamente en su redonda cabecita. La tomo entre sus manos para verla con más detalle; era su muñeca preferida de niña con la que jugaba día y noche. Su abuela se la había hecho con sus propias manos—era muy hábil en la costura—diciendo que era una mini ella.
Aun tenia memoria de como lloro cuando la perdió en algún rincón del enorme terreno. Simplemente recuerda estar jugando como siempre lo hacía y de un de repente ya no estaba junto a ella. Su abuela debió haberla estado buscando después de que se fueron hasta al fin encontrarla quien sabe dónde.
Decidió que ese día dormiría con su mini ella como en los viejos tiempos; le ayudaba a recordar que no estaba sola y que la protegía de los monstruos. Esperaba que aún le hiciera sentir que nadie sería capaz de dañarla...pero ya lo habían hecho.
Lloro silenciosamente abrazando con fuerza su muñeca de trapo con la esperanza de que le ayudara a liberar toda esa pesadez que le drenaba su energía con frecuencia; cayendo en un profundo sueño.
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...