Él, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio.
Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...
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Meztli estaba aterrada, solo podía ver con miedo al chico frente a ella. Aquel chico seguía jalándola a quien sabe dónde, solo sabía que se estaban alejando un poco del lugar de donde se encontraba su amiga. Estaba en un estado de shock que no la dejaba luchar contra aquel alfa, lo único que se le venía a la mente era lo que pasaría con ella si seguía sin reaccionar.
Axel, esto no era nada bueno.
La chica lo podía presentir y más mirando el estado en el que el chico se encontraba. Su loba sentía miedo, lo pudo sentir muy dentro de ella. Fue tanto su miedo que hizo reaccionar a su omega, ese alfa imponía con solo su presencia. Y eso era lo que más le aterraba, pues sabía que Axel no era una persona muy amable o gentil con los demás.
Él obtenía todo lo que quisiese y nadie se lo impediría. La chica estaba muy consciente de ello, y lo que más le aterraba era que ese chico se quisiera vengar de todas las veces que lo hizo enfurecer. Golpearla hasta desvanecerla, tenía que huir pero nada en ella reaccionaba.
¡Muévete! Se gritaba mentalmente. ¡Corre! ¡Escapa idiota!
Seguía sin reaccionar, estaba perdida, y ella lo sabía. No podía gritar por ayuda, y aunque lo hiciera nadie se acercaría a su rescate por temor al alfa y porque no les importaba en lo más mínimo que pasara con ella. Y eso dolía como un demonio, dolía demasiado lo indiferente que la gente podía ser a veces.
Una vez un poco alejados de la sala, el chico la aventó con fuerza hacia una de las paredes del comedor.
-¡Agh!-se quejó la chica al sentir el impacto con la pared fría.- ¿Q-qué c-crees que haces Axel?-preguntó con temor.
-¡Cállate!-le ordenó con cierta molestia, tomando ambas manos de la chica para posarlas a cada lado de su cabeza. Inmovilizándola al instante.- ¿Quién rayos te crees, eh?
-¿D-de qué h-hablas?-tembló bajo el agarre de aquel alfa, que solo la miraba con enojo.
-¿Acaso creíste que te dejaría estar aquí tan fácil, maldita nerd?-escupió con odio, apretando más su agarre en las muñecas de la chica.-Me das mucho asco. ¿Pero cómo se sentiría tener a una chica insignificante como tu bajo mi merced?, ¿eh?-habló cerca del oído de la chica con una sonrisa burlona. Pasando enseguida su nariz por el cuello descubierto de la chica, olfateando al mismo tiempo. Sin embargo el chico no obtuvo aroma alguno, nomás pudo identificar un leve olor a fresas que supuso era el de su jabón o crema que esta usaba. De alguna manera eso lo excito aún más, la chica no olía desagradable ni muy empalagoso para su gusto.
Meztli abrió los ojos con terror, ¿acaso había escuchado bien? Podía sentir la nariz del alfa sobre su cuello, le hacía sentir débil. Sus piernas temblaban demasiado, podía sentir que en cualquier momento caería al suelo si no fuera porque el chico la tenía sujetada.
Lagrimas silenciosas empezaron a salir por sus ojos, no quería esto. No quería perder su virginidad de esta manera, y mucho menos con alguien que no amaba. Nadie debería de tratar de imponer sobre ella u otras personas de esta manera. Sin embargo, ella sentía como si ya hubiera pasado una vez. Podía sentir ese sentimiento algo familiar, pero no sabía el porqué de ello. Juraba que era como si esta situación se estuviera repitiendo. Como un... ¿déjà vu?
