♡Capítulo 37-2♡

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Ahí estaba al fin, en la tan esperada fiesta que tanto evitaba

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Ahí estaba al fin, en la tan esperada fiesta que tanto evitaba. Meztli se sentía fuera de lugar y demasiada incomoda por tantos aromas en el ambiente, sentía que la asfixiaban. Si no fuera porque su mamá la tenía sujetada del brazo ya hubiera salido corriendo del salón.

—Cariño, vamos a saludar. —Ailén detuvo a su hija para verla de frente, acomodando un mechón de cabello atrás de la oreja. —Tu tranquila, veras que te la pasaras bien. —sonrió con dulzura, lo que menos quería era que su hija se hiperventilara por los nervios.

Meztli asintió respirando hondo para luego soltar el aire lentamente. Ya estaba ahí, así que no podía echarse para atrás y huir. Debía cumplir con su promesa, al menos con aquella que sus padres le forzaron hacer.

Siguió a su madre por detrás mientras miraba alrededor. Los invitados parecían estar gozando de la reunión y entretenidos con las conversaciones que mantenían entre ellos. Todos menos ella, que solo trataba de esconderse detrás de las figuras de sus padres.

Aunque debía admitir que el enorme salón de eventos lucia elegante con todos aquellos adornos finos, luciendo una combinación de decoraciones blancas y doradas por todo el lugar. En especial ese enorme calandrado dorado de cristal que colgaba del enorme techado justo en el centro por encima de la pista de baile. Todo lucia impecable y extravagante. A simple vista se notaba lo costoso de aquellos ornamentos.

—Hija, enderézate. —habló su madre, viéndola de reojo por unos leves segundos para volver su vista al frente mientras se sostenía del brazo de su marido.— No me gusta verte toda encorvada, parece como si te quisieras esconder de todos.

Si tan solo supiera su madre que eso era justo lo que estaba haciendo desde que llegaron.

Meztli se enderezo mejor, lo menos que quería era hacer enojar a su madre por su indiferencia hacia ese evento tan importante para sus progenitores.

—Señor Ramos, que placer de verlo aquí. —saludó con una gran sonrisa un alfa moreno claro, alto y fornido de cabellera azabache y ojos del mismo color. Lucía un traje de gala como lo hacían todos los demás, de un color azul marino y una corbata negra. —Creí que no vendría.

—Buenas noches, Señor Sánchez. —saludó cordialmente el padre de la omega estrechando la mano del contrario.—Si, solo que se nos hizo un poco tarde.—miró rápidamente a ambas omegas quienes se hicieron las desentendidas ignorando al alfa.

—Lo bueno es que están aquí, Señor Ramos. —dijo sin dejar de sonreír.—Y que tenemos aquí, ¿acaso ambas son sus hijas?—se dirigió a ambas omegas que se habían mantenido calladas todo ese tiempo, sacando una leve risa por parte de la mujer por el halago.

—Ellas son mi esposa, Ailén, y mi hija, Meztli.—el alfa las presento debidamente, tomando a su mujer de la cintura y a su hija por los hombros para acercarlas más a él.—Amor, hija, él es mi jefe, el señor Sánchez.—presentó al alfa frente a ellos, quien seguía observando todo con una sonrisa amable.

Una Historia Muy Cliché- OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora