♡Capítulo 6♡

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Segundo día de tutorías, el mismo problema

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Segundo día de tutorías, el mismo problema.

La omega no sentía que podía avanzar con sus tutorías, el chico ni siquiera se había presentado en su maldito segundo día, porque se enteró que el muy desgraciado la dejo plantada para irse de calenturiento con una omega. Estaba muy molesta pues le hizo perder tiempo el esperarle ahí toda la hora. Ella ahí de buena gente tratando de justificarle por qué aun no llegaba, pues ella tontamente se imaginaba que algo le había pasado, patética, así se sentía.

Se empezaba a arrepentir de haber aceptado a ayudar a aquel alfa, y vaya que por su orgullo no lo hacía pero jamás se había sentido tan agotada o estresada de algo tan rápido. Nomás paso un día para ya sentir que esto era demasiado para ella. Necesitaba aclarar las cosas con ese chico pronto y ponerlo en su lugar. Ella no dejaría que la tratase como si fuera una cualquiera o como si fuera alguien sumisa que no pelearía por justicia, pues ese tonto alfa se había metido con la omega incorrecta.

-Nomas espera, Julián. Ya quiero verte rogar por mi ayuda y así tu orgullo destruir.-gruñía entre dientes apretando sus puños mientras salía de la biblioteca.

-Ah~ J-Julián -gimió la chica con sus ojos cerrados y respiración entrecortada

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-Ah~ J-Julián -gimió la chica con sus ojos cerrados y respiración entrecortada.-Ya no aguanto m-más~

-Vamos, a-aguanta un p-poco más para mí, linda.-hablo el castaño con dificultad, pues estaba muy cerca del clímax.

Ambos chicos se encontraban encerrados en el cubículo de uno de los baños de hombres, como ya era pasado de la hora de salida, ningún alumno o empleado de la facultad se encontraba cerca como para poder escucharlos. Ambos se encontraban sudorosos y jadeando de placer, hacía calor ahí adentro pero era lo que menos les importaba. El chico tomaba posesivamente a la omega de las caderas mientras esta recargaba su rostro en la puerta del cubículo gimiendo como perra en celo, como le encantaba al alfa escucharlas gemir por más. El alfa daba embestidas muy fuertes sin importarle de poder lastimar a su acompañante y en realidad las chicas parecían masoquistas pues le encantaba que las tratase así. Después de unas cuantas embestidas más, el chico llego a su orgasmo junto con la chica descargando todos sus fluidos en el condón saliendo antes de que se formara el nudo.

Una Historia Muy Cliché- OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora