La señora Ramos no entendía el porqué de la pregunta de su hija, ¿qué le hacía creer que le dolía verla? Era su cachorrita, su vida entera y lo que más amaba en este mundo.
— ¿Por qué dices eso cariño?—preguntó con intriga, enarcando una ceja.
—Lo miro en tu mirada, madre. —dijo con la cabeza gacha.—Cada vez que te miro puedo notar a veces esa mirada triste en ti.
— ¿Qué? ¿Pero qué cosas dices querida?—preguntó confundida, tomando ambas manos de su hija. —Sea lo que tu mires en mí, no tiene nada que ver contigo. ¿Entendiste amor?
Meztli asintió aun con la cabeza gacha, seguía sintiendo como si ella fuera la responsable de esa tristeza que su madre reflejaba en su mirada.
—Mírame amor—tomó su mentón con delicadeza para hacer que la mirara. —No vuelvas a pensar que mi humor tiene algo que ver contigo.
— ¿Entonces con quién? ¿Tú y papá tienen problemas?—la miró con tristeza.
—No, no, claro que no hija.-trató de calmarla, negando varias veces con la cabeza. —Tu padre y yo estamos mejor que nunca. Solo no me hagas caso, son cosas mías. Ya sabes hormonas. —bromeo para apaciguar el ambiente, cuando sabía muy bien lo que en realidad pasaba.
La razón era que Ailén aún no estaba preparada para hablar de lo ocurrido. Era más su temor por ver a su hija sufrir una vez se enterara de lo sucedido, que prefería dejar las cosas como estaban. Ya no estaba segura de sí querer sacarla de esa burbujita que la protegía de todo lo malo. Aunque sabía que era ser egoísta, pero era lo mejor, ¿no?
—Mamá, no me gusta verte así de todos modos.-acarició la mejilla de su madre quien solo se dejó hacer, disfrutando las caricias de su hija cerrando los ojos al instante.
Ailén se sintió como una niña, pues ella había llegado a consolar a su hija y la que salió siendo consolada fue ella.
—Parece que mi pequeña ya no es tan pequeña después de todo. —sonrió con gracia, tomando las manos de la menor.-Me haces sentir a mi como la niña cuando yo debería ser la adulta.—rio levemente, sacándole una pequeña sonrisa a la contraria.
—Madre no está mal ser mimada de vez en cuando. —acarició las manos de su madre con delicadeza. —Las madres también ocupan de atención.
—Pero yo ahorita vengo por ti, no por mí.-negó en desacuerdo. — Tu eres mi prioridad ahorita cachorrita.
Meztli solo pudo sonreír, por más que quisiera que su madre se dejara consentir no se dejaba. Vaya que podía ser algo testaruda.
—Lo que tú digas madre mía. —soltó con resignación.—Contigo no se puede.
—Sabes que yo siempre gano pequeña. —Le guiñó un ojo con diversión.
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...