Una vez ambos salieran de aquella institución, para el alivio de Meztli, se toparon con una Gina totalmente agitada que estaba apenas entrando por el portón principal de la escuela.
La azabache en cuanto diviso a su amiga corrió hacia ella tomando a Meztli con cuidado para así ayudar a su amiga a mantenerse en pie. Alejandro solo pudo ayudarle a acomodar a la castaña clara entre sus brazos. Ambas chicas le agradecieron al beta frente a ellas quien solo se limitó a decir que no era nada con una pequeña sonrisa y así salir disparado del lugar, desconcertándolas a ambas.
Parecía algo nervioso o ansioso, quizás más pálido de lo normal, o quizás era solo la imaginación de Meztli. Ya no sabía que era real y que no. Su estado parecía estarle nublando todos sus sentidos por lo que no podía confiar mucho en su razonamiento, su cerebro no estaba procesando al cien que digamos.
Ignorando lo sucedido con el pelirrojo, ambas emprendieron su camino hacia el carro de la omega azabache-claro que esta le había pedido a su madre que la llevara a la institución ya que no tenía licencia. Y por supuesto que su madre no dudo ni un segundo en llevarla sabiendo en la situación que se encontraba la omega, que la miraba como su segunda hija. La conocía desde que era una niña, claro que le tendría un gran aprecio.
Una vez dentro del auto, la omega mayor acelero hacia la casa de la castaña clara. La madre de Gina le había ofrecido llevarla a su casa y atenderla en lo que llegaban sus padres para que no estuviera sola, pero esta se negó. Meztli no se sentía muy cómoda el tener que ser una carga para la señora y mejor amiga, ya habían hecho mucho con ir a recogerla.
La omega mayor no insistió más pues entendía que Meztli era alguien muy reservada que prefería lidiar con su celo a solas. Después de todo era una situación que las omegas miraban ser algo muy íntimo y delicado.
El carro estaba impregnado por completo por el aroma de la castaña clara, quien seguía revolcándose de dolor en su asiento. Trataba de verse tranquila para no preocupar a las otras dos omegas pero era imposible no hacer muecas de dolor de vez en cuando.
Meztli había agradecido que su amiga y su madre hayan llegado justo a tiempo porque en cuanto subió al auto su aroma incremento con intensidad, al igual que la molestia de los cólicos del celo.
-Ya tenía tiempo que no sentía tu aroma, Meztli.-habló Gina con una pequeña sonrisa llena de nostalgia.-Lo extrañaba de alguna manera.
Meztli solo pudo ver dolor en los ojos de su amiga pero no comprendía el porqué de eso. Era verdad que tenía años en los que no emanaba de su característico aroma con tanta intensidad, hasta que llego en un punto en el que ya no lo hacía. Su dependencia por sus neutralizadores le gano por lo que cada día, cada cuatro horas se tomaba uno sin falta.
Vivía con el temor de ser descubierta hasta en su propia casa cuando sabía que las únicas personas que la visitaban eran sus amigas y de vez en cuando los padres de estas, ya que sus familias eran cercana a la suya.
ESTÁS LEYENDO
Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...