-Quítate, cuatro ojos. Estorbas.-le dijo un alfa empujándola mientras se retiraba riéndose con su grupo de amigos.
Meztli solo pudo verlos retirarse con odio en su mirada. El haber tenido un día tranquilo el día anterior, no significaba que sería lo mismo en este. La chica suspiro con pesar para continuar con su camino hacia la biblioteca. Su primera hora de clase se había cancelado por asuntos personales de su maestro de matemáticas, lo cual agradecía internamente. Le gustaba la materia y el maestro pero no tenía ganas de lidiar con la envidia de sus compañeros nomas porque ella sabía más que ellos, idiotas. El maestro siempre le felicitaba por sus buenas calificaciones y buena alumna que era lo cual causaba el odio de sus compañeros de clase.
La omega llego a la biblioteca para dirigirse a una de las mesas que se encontraban esparcidas por el gran lugar. Se encontraba vacía porque todos estaban en horarios de clases en estos momentos lo cual fue aún más grato para la chica. Amaba estar en lugares tranquilos donde era muy escaso el tránsito de personas.
Meztli se sentó en una de las mesas que se encontraban hasta al fondo de la biblioteca, cerca de los estantes de libros. Se dispuso a sacar el libro de la clase de ciencias para adelantar tarea que se entregaba hasta la próxima semana.
A la omega siempre le gustaba adelantar sus trabajos o tareas para no sentirse apresurada por hacerlas a último momento como muchos de sus compañeros suelen hacer. Era una persona que mantenía un estricto horario con sus tareas o estudios, le gustaba tener todo bajo control o de lo contrario se estresaría.
En el paso de unos 20 minutos, se pudieron escuchar unos leves jadeos entre uno de los pasillos rodeados de estantes de libros que se encontraba cerca de ella. Meztli sabía de qué se trataba, por lo que se limitó a ignorar aquello y sacar sus auriculares para poner algo de música para continuar con lo suyo como si nada pasase.
Amaba la biblioteca por ser silenciosa y no ser muy transitada, pero también la odiaba al mismo tiempo. La razón era muy simple, por estar vacía la mayor parte del tiempo, muchos aprovechaban a esconderse entre los pasillos donde nadie pudiera verlos para tener sexo gracias a no poder más con sus hormonas descontroladas. Y tal como sospechaba la omega, a unos pocos pasillos de donde estaba ella pudo divisar a una chica de larga cabellera rubia salir como si nada hubiera pasado mientras se arreglaba su blusa y falda. Se miraba toda desalineada pero a la chica no pareció importarle ya que se miraba muy feliz. La castaña solo pudo pensar que debió haber tenido un buen sexo. Sin embargo, lo que no sabía la chica era que la sonrisa de aquella beta se daba por el chico que salió minutos después de aquel pasillo. Julián, ese alfa iba saliendo de entre los estantes de libros acomodándose su corbata negra. Claro, la omega debió imaginarse que ese tipo estaría detrás de la sonrisa enorme de aquella beta.
El chico después de haber terminado de arreglar su corbata y hacer sus cabellos hacia atrás, se dirigió hacia la salida de la biblioteca no sin antes recoger sus cosas de la mesa que se encontraba en frente de él. Meztli rodo los ojos por solo ver aquel chico salir como si fuera la gran cosa. Seguía sin entender que es lo que las chicas miraban en ese alfa presumido.
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...