Lo recordó todo. Ahora sabía con claridad que esas no eran pesadillas, sino recuerdos del pasado.
Su pasado.
Meztli no entendía como algo así de desalentador y desgarrador pudo haber sido ocultado de ella por su propia familia, las personas en las que más confiaba y amaba con todo su ser y sin olvidar a sus amigas. Ahora entendía por qué todos la protegían demasiado. Tenían lastima de ella.
No era amor, era pena.
Estaba harta de recibir solo ese tipo de sentimientos por parte de las demás personas, pero que tu propia familia te diera lo mismo era aún peor. Le dolía saber que todo este tiempo nada de lo que creía era real. Toda su vida fue criada con puras mentiras. Sus padres y amigos se encargaron de hacerle creer cosas que no eran por su propio egoísmo.
Merecía saber la verdad, sin importar que tan dolora fuera.
Meztli miraba sus manos temblorosas sobre su regazo con la respiración agitada, su pecho subiendo y bajando con rapidez, sudando frio mientras algunas lágrimas involuntarias salían por si solas. Estaba aterrada de que en serio aquello que soñó haya sido lo que en realidad paso en su niñez. ¿Cómo es que no recordaba nada de esto?
¿Cómo es que nadie le dijo nada sobre esto?
— ¡NO!—gritó desgarradoramente desde el fondo de su garganta, lanzando todas sus almohadas por toda la habitación sin importarle que algo pudiera romperse.
Pasos a lo lejos se escucharon acercarse con prisa a su habitación, dejando ver a su madre agitada por correr desde su cuarto aterrada al escuchar a su hija vociferar a tan temprana hora de la mañana.
— ¿Qué paso?
Se preocupa aún más al ver la habitación de su hija hecho un desastre, algo no muy propio de la menor ya que siempre procuraba tener su cuarto impecable. Las almohadas estaban tiradas por todos lados, al igual que sus cobijas revueltas en el piso. Sin embargo, su hija no se encontraba en ninguna parte y más se alteró al ver la ventana de su habitación abierta de par en par.
Salto un grito ahogado, corriendo hacia la ventada con terror. Su hija no sería capaz de hacer algo así. No sabría qué haría si esta vez llegara a perder a su hija para siempre.
No se lo perdonaría jamás. No podría vivir con ello, no era tan fuerte para sobrellevarlo.
Ailén estaba a punto de entrar en pánico al llegar a la ventana temerosa de toparse con una escena desgarradora, pero todo se esfumo cuando escucho la regadera encenderse. Meztli estaba en el baño de su habitación sana y a salvo. Ahí fue cuando Ailén pudo soltar todo su aliento retenido tranquilamente. Todo había sido solo su mente dándole un susto de mal gusto.
Recogió todo por mientras que su hija se bañaba, colocando todo donde pertenecía. Una vez termino en acomodar la alcoba de su hija, guio su vista hacia abajo al sentir como algo bajo su pie crujía. Levanto el marco roto dejando ver una fotografía de ellos sonriendo frente a la cámara.
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...