Corría por las calles con lágrimas espesas que no dejaban de salir con gran intensidad, sosteniendo con ambos brazos su mochila usándola como protección y así nadie viera su suéter rasgado de la parte de arriba dejando al descubierto sus hombros y cuello. Había sido denigrante la manera en la que Axel la había tratado que si no hubiera sido por haber salido de su estado de shock, dándole un rodillazo en su parte intima, las cosas hubieran sido peores. Nunca creyó que ese alfa moreno sería capaz de siquiera tocarla tan obscenamente al aire libre donde cualquiera pudiera verlos, ella creyó que estaría segura y que las cosas se habían calmado entre ellos, pero no fue así. Deseaba que Axel hubiera puesto sus ojos en alguien más, por más egoísta que sonara aquello, pero ya estaba harta de seguir siendo su juguete.
La gente que pasaba tranquilamente por la cera de la ciudad miraba desconcertada a la chica que chocaba con todos y pasaba sin mirar a los lados al cruzar las calles irresponsablemente. Lo último que le interesaba era recibir miradas curiosas, lastimosas, incrédulas o hasta juzgadoras por el cómo se miraba. En otra ocasión se hubiera sentido cohibida por recibir tanta atención, pero lo que quería era llegar rápidamente a su hogar y resguardarse en su habitación.
Una vez llego a su casa, corrió escaleras arriba a su habitación sin saludar a sus padres que parecieron desconcertados al verla en tan mal estado. Lo último que quería era que se enteraran del porque se encontraba tan desalineada. Sabía que su madre la había seguido desde atrás, pero Meztli solo la ignoro cerrando la puerta en cuanto entro a su habitación negándole la entrada. Quería estar sola y así soltar todo lo que tenía atorado en su interior.
—Hija, por favor abre la puerta. —dio leves golpes en la puerta de la menor con la esperanza de que esta abriera. Estaba sumamente preocupada, pues jamás había visto a su hija llegar en tal estado. —Cuéntame que te pasa, cariño. Mamá está aquí.
— ¡No! Déjame sola...por favor.
Meztli se odiaba por hablarle de ese modo a su progenitora, pero en estos momentos no quería que nadie la viera en un estado tan deprimente y vulnerable. Estaba en su cama hecha bolita aun abrazada a su mochila sollozando fuertemente sin importarle que sus padres la escucharan desde el otro lado de su habitación.
—Solo quiero estar sola...
Habían pasado más de dos horas desde que la menor se había encerrado en su habitación tan afligida. Ailén intento de todo para que su cachorra le abriera la puerta pero esta se negaba a sus peticiones. Le preocupaba demasiado el bienestar de su hija y mas que no tenía mucho que salió del hospital por lo que el pasar mucho tiempo sin comer podía hacerla recaer nuevamente.
—Meztli, debes comer. Recuerda que el doctor dijo que tenías que cuidarte bien, por lo que pasarte tus alimentos no es bueno.
Nada. Lo único que obtuvo fue un frio silencio, ni los grillos de la noche se hicieron presentes para darle una simple señal de que todo mejoraría para el día siguiente. Algo resignada decidió retirarse y darle su espacio a su hija pues fuera lo que le pasara podrían hablarlo mañana con calma. Esperaba que su pequeña cachorra pudiera contarle con confianza que es lo que la tenia de ese modo.
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...