♡Capítulo 58♡

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Era un hermoso día de verano, el tiempo de calor estaba apenas iniciando y con ello las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. Todos estaban ansiosos por disfrutar de aquellas semanas sin tareas y de no tener que madrugar. ¿Y quién no lo estaría? Serian libres por un corto tiempo, pero lo serian.

Todos los alumnos de la primaria estaban que regocijaban de felicidad y emoción. Sus temas de conversación incluían donde saldrían de vacaciones ese verano con sus familias o como las disfrutarían desde casa.

Y aquella chiquilla de cabellera castaña junto a su grupito de amiguitas no se quedaba atrás.

—Que lastima que estarás fuera de la ciudad, Meztli. —puchereo una dulce niña de cabellera azabache, sosteniendo entre sus manitas una muñequita de trapo con cabello rizado castaño, ojos de botones, y vestido floreado color morado.—Ya les iba a decir que fueran a mi casa a hacer pijamadas.

—Lo siento, Gina. —se disculpó la ojo miel con su sonrisita chimuela, hace poco se le cayeron los últimos dientes de leche mostrando un notable hueco en la parte delantera-posterior de su dentadura blanca.—Mis papis quisieron ir a visitar a mis abuelitos estas vacaciones ya que tenemos mucho sin verlos.

—No te preocupes, Meztli, nosotras entendemos. —sonrió su amiguita de pecas por encima del área de la nariz y regordetas mejillas, mientras acariciaba la cabellera de la más pequeña.—Todos modos no es como si no nos vayamos a ver después de las vacaciones.

—Paola tiene razón, niñas. —apoyo la cachorrita de cabellera rizada, peinando a su muñequita de trapo como la de sus demás amigas, pero de cabellera rubia y vestido azul. —Podemos juntarnos cualquier otro día.

Todas asintieron más animadas y continuaron jugando con sus muñequitas de trapo por lo que restaba del receso.

La jornada de clases transcurría con normalidad, como cualquier otro día de la semana. Los pequeñines de la primaria hacían sus deberes durante clases, jugaban en los recreos, almorzaban y convivían con sus maestros de manera cordial.

Todos estaban ansiosos por salir de clases e irse a sus casas a descansar las pocas horas que les quedaban de la tarde para repetir la misma rutina el siguiente día. Ser un niño de primaria sí que cansaba, ¿no?

En fin, la tan esperada campana retumbo por toda la institución dando fin a la jornada de clases. Y por supuesto no se hizo esperar los pasos apresurados de los pequeños salir de sus aulas de clases con sus enormes sonrisas de libertad. Era hora de llegar a sus casas a jugar hasta que sus padres les dejaran mantenerse despiertos.

Los autobuses se encontraban estacionados frente a la entrada de la escuela en la espera de los cachorros que no podían ser recogidos por sus padres o simplemente porque querían, como en el caso de Meztli. La pequeña castaña clara le rogo a sus progenitores de que la dejaran regresarse en el camión junto a sus amigas y así no tendrían que preocuparse en tener que ir por ella ya que sabía que sus trabajos consumían mucho tiempo en ellos. También quería sentirse más independiente y dejar de ser tratada como una bebe por parte de los adultos. Sus padres eran demasiado sobreprotectores con ella por ser hija única, llegando hacer molesto en algunas veces.

Una Historia Muy Cliché- OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora