—Abuela, estoy lista para regresar.
Fue tan repentina la notica que su mayor en cuanto escucho aquellas palabras giro tan rápido que Meztli creyó que su cabeza saldría volando. Entendía la reacción, pues hace unas horas dijo que se negaba a regresar a la ciudad. Aunque era obvio que se devolvería quisiese o no, al final de cuentas los mayores tenían la última palabra.
— ¿Qué te hizo cambiar de opinión?—formuló la omega mayor una vez la impresión disminuyera un poco.
—Simplemente digamos que tuve una clase de revelación que abrió mi mente. —su loba, para ser más directos. Quería hacer las cosas bien de ahora en adelante y para eso debía regresar a afrontar su realidad. —No puedo seguir huyendo, abuela, ahora entiendo que no estoy sola y mucho menos soy culpable de lo que me sucedió.
La anciana abrazo fuertemente a su nieta con una sonrisa contenta, soltando una que otra lágrima por lo bien que le sentó escuchar como su nieta comprendía que su pasado no debía consumirla para poder vivir su presente. Su pequeña estaba creciendo.
Aunque eso no fue lo único que hizo latir a su corazón con regocijo. Después de años pudo volver a sentir el aroma de su nieta con más intensificación, lo cual indico que su loba al fin se presentaba completamente y que su menor evito tomarse sus neutralizadores. Ahora entendía que era esa relevación de la que hablaba.
— Mi pequeño retoño ha florecido, y tal como dije, es la flor más hermosa de toda la pradera.
Ambas omegas se miraron a los ojos brillosos— por la culpa de las lágrimas que amenazaban por salir—con bienquerencia.
Meztli predecía que todo estaría bien de ahora en adelante.
Sus últimos días en el campo de sus abuelos fueron más placenteros y disfrutables. Gracias al apoyo de los mayores, pudo aprender mejores técnicas que pudieran ayudar a fortalecer su vínculo con su loba. El aroma de Meztli era más perceptible, por lo que indicaba que el desarrollo del animal estaba llegando exitosamente a su final.
Por otra parte, decir lo contentos que sus padres se pusieron al ser recibidos con tanto amor por su hija después de largos días de ser rechazados por su cachorra no era suficiente para expresar las ganas de llorar. Su pequeña Meztli estaba volviendo a ser la misma de antes, sin olvidar mencionar que olfatear el aroma notorio de su hija fue un alivio. La estadía con los abuelos y fuera de la ciudad fue la mejor decisión.
— ¿Lista para volver, amor?—preguntó su progenitora sosteniéndola entre sus brazos, temerosa de que en algún momento despertaría de un sueño donde su hija sonreía sinceramente.
Meztli asintió decidida recibiendo un beso en su frente por parte de su madre. Mentiría si dijera que no extrañaba los abrazos y besos de su madre; amaba como la hacía sentir segura al igual que su padre.
—Entonces volvamos. — la omega mayor sonrió con un brillo en sus ojos llenos de esperanza mientras el alfa miraba a sus dos féminas con orgullo, lleno de plenitud.
Al fin podía respirar con tranquilidad.
Meztli se acercó a sus abuelos, quienes le sonreían cálidamente, para abrazarlos agradecidamente por haber estado a su lado en toda la semana y aguantado su actitud negativa.
—Volveré pronto, lo prometo. —juro soltando una lagrima rebelde. A pesar de decir que se sentía lista para regresar, le dolía irse y abandonar a sus abuelos. Se la había pasado muy bien con la presencia de ambos mayores que esperaba venir a visitarlos pronto y recuperar todos eso años perdidos. — Los amo mucho y gracias por todo.
—Nosotros también te amamos mi niña, y sabes que siempre serás bienvenida a quedarte el tiempo que gustes. —beso la mejilla mojada de su nieta con dulzura. Las despedidas siempre eran muy complicadas para ambos viejitos, pero sabían que su nieta estaría bien; eso era lo único que les importaba. — Cuídate mucho, pequeña flor.
El regreso a la ciudad seria largo y ansioso para la omega menor y a pesar de temer en lo que pueda suceder, las cosas serían diferentes.
Sabía que no estaría sola de ahora en adelante aunque nunca lo estuvo, pero ahora no había secretos de por medio.
Era un sábado soleado, perfecto para salir a pasear, pero la azabache no lo veía así. Lo menos que sentía era alguna clase de emoción positiva; para ella era un día obscuro lleno de tristeza.
Jamás creyó que el rechazo de su mejor amiga le afectaría tanto al punto de no tener ánimos de salir de su habitación en todo el día. Su madre le preocupaba el comportamiento de su hija, pero entendía la razón de ello pues también le dolía no saber nada de Meztli en toda una semana. Con solo escuchar a una Ailén mortificada y decaída era suficiente para saber la gravedad de la situación.
—Hija, no puedes estar así todo el día.
Gina ignoro la presencia de su madre, manteniendo su vista al techo de su habitación sin mucho interés. No tenía ánimos de moverse de su cama ni siquiera de estar en su celular, algo que hacia frecuentemente.
—Entiendo que estés así por lo de Meztli, créeme que también me preocupa, pero no ayudaras en nada estando encerrada en tu habitación.
Siguió sin recibir respuesta de su hija por lo que suspiro cansada, pero decidió no insistir más en el asunto por lo que prefirió dejar a la menor sola. Tarde o temprano Gina abriría los ojos de que su actitud no beneficiaba en nada para solucionar el problema de su querida amiga.
La azabache escucho el sonido de una notificación llegarle, una que ignoraría si no fuera por el pitido persistente de estar recibiendo nuevos avisos. Tomo entre sus manos el celular para quitarle el sonido, pero grande fue su sorpresa al ver de quien se trataba: Meztli.
Se levantó de un sentón en su cama, desbloqueando el teléfono para abrir los mensajes con rapidez, sus ojos leyendo con detenimiento el mensaje.
"Hola, chicas. Lamento haber sido muy dura con todas ustedes, y sobre todo haber desaparecido sin avisarles, pero ahora quiero enmendar las cosas.
Quisiera que nos pudiéramos ver todas, obviamente si están de acuerdo...
Voy de regreso a la ciudad justo ahora por lo que espero escuchar de ustedes pronto."
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Una Historia Muy Cliché- Omegaverse
RomanceÉl, es el alfa dominante más rudo y popular de la escuela. Capitán del equipo de futbol americano, y considerado el número uno en todo menos en el estudio. Ella, una simple omega como cualquier otra tratando de sobrevivir la preparatoria. Reservada...