JaeWoo

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Un árbol que se tiñe por las llamas del amor

Lo conoció por primera vez en el invierno de sus catorce años, ambos caminaban por el puente de madera sobre el rio, Jungwoo llevaba sus manos escondidas en las holgadas mangas de su traje tradicional, unidas en su pecho, mientras que Jaehyun caminaba con las manos a los costados de su cintura, mirando hacia adelante.

Nunca habían hablado pese a pertenecer al mismo clan e incluso tener el mismo linaje, la razón era simple, Jaehyun era un alfa y Jungwoo había nacido como un omega.

Pero eso no importaba demasiado, Jungwoo nunca había sentido interés por alfa, no le gustaba, le parecía un poco desagradable y repugnante, tenía rostro de pervertido y algo de él simplemente no le causaba confianza.

—joven Jungwoo ¿continuará paseando por el jardín? Su piel podría quemarse, deberíamos haber recogido una sombrilla—su acompañante lo miró con preocupación.

Jungwoo por su parte, suspiró—es invierno, Chan ¿cómo voy a quemarme en invierno?

—los rayos de sol en invierno son igual de dañinos que en verano—una tercera voz dijo, Jungwoo se dio la vuelta para observarlo, tragando saliva cuando notó que la persona que les había hablado no era nadie más que Jaehyun.

—oh ¿es así? No lo sabía—el omega se giró, para seguir caminando, pero el alfa de catorce años volvió a hablarle.

—¿estás paseando por el jardín? ¿puedo hacerte compañía? —Jaehyun le miraba fijamente, Jungwoo no quería volver a girarse, sentía su mirada en su nuca, miró con pánico a Chan, que parecía igual de espantado que él.

—me temo que no puedo regresar tarde a casa, alfa—murmuró, dándose la vuelta sin mirarlo, inclinándose ligeramente para despedirse.

Pero Jaehyun no se rindió, se acercó con una postura que intimidó al indefenso omega, que se escondió rápidamente detrás de Chan—no quería decirlo delante de tu sirviente, pero te vi rompiendo las ramas de los árboles rojos, los cuales son sagrados.

Jungwoo hizo una mueca, tomando una bocanada de aire—¿y qué vas a hacer? ¿cortarme los dedos? —preguntó, aún escondido detrás de Chan—mis padres saben que utilizo ramas para mis diarios.

El alfa frunció el ceño, apretando los puños—pero el árbol rojo al cual le rompiste sus ramas era mi árbol rojo, mi árbol sagrado.

—¿a quién le importa? —el omega se tapó la boca luego de decir eso y en cuestión de segundos, Chan estaba cargándolo sobre su hombro mientras salía corriendo.

Habían huido, su acompañante había decidido escapar con la esperanza de que el amo Jaehyun no supiera quiénes eran y los perdieran de vista, sin embargo, eso era la cosa más absurda del mundo, Jaehyun sabía quién era, pero Jungwoo no pudo regañar a Chan, era un sirviente que no sabía nada de las relaciones entre familias nobles.

El beta lo llevó hasta la mansión, en donde lo hizo entrar rápidamente, cerrando las puertas, regresándolo a su habitación—joven Jungwoo, creo que deberá quedarse en casa por un tiempo—susurró, de rodillas en el piso frio.

Jungwoo le dedicó una sonrisa, poniéndose de cuclillas en frente suyo—Chan, Jaehyun sabe quién soy, pero no te preocupes, mi papá se encargará de ello.

De hecho, su padre se hizo cargo de la situación, pidiéndole al padre de Jaehyun que le consiguiera mejores modales, que un árbol con ramas muertas en invierno no era motivo para que su adorado hijo fuera atacado en mitad de su paseo.

Estuvo tranquilo por unas semanas, pero el haber minimizado los sentimientos de Jaehyun, hizo que el alfa se volviera vengativo, y de algún modo acabó apareciendo en su casa.

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