ESPECIALES

jaewoo

                                                    Debí haber abierto esa carta roja

Jungwoo frotó sus parpados, se sentía mareado y avergonzado, no quería levantar la vista hacia adelante, pero cuando el jefe se acercó hasta su cubículo no tuvo más remedio que hacerlo, se incorporó con cortesía, inclinándose ligeramente, mirándolo.

—Jungwoo, él es el nuevo supervisor del sector, Jung Jaehyun, a partir de ahora las dudas y entregas se las tienes que hacer a él—su jefe señaló a el alfa a su lado y Jungwoo asintió, tomándole la mano con cuidado.

—entiendo, será un gusto trabajar contigo—el omega terminó de saludar y tomó asiento nuevamente, escuchando como el jefe le decía a Jaehyun que él siempre era así, no hablaba demasiado y siempre parecía un tonto, pero Jaehyun no dijo nada al respecto.

Quizás no lo recordaba, es posible que no lo recuerde.

¿Quién recordaría a un chico aleatorio que se le confesó en la escuela media?

El omega negó con la cabeza y empezó a revisar los números, llevaba un tiempo trabajando como contador para una gran compañía de restaurantes, a diferencia de los demás empleados, él no tenía demasiados colegas en su equipo, solo eran él y Sicheng, pero solo hablaban de vez en cuando con el beta.

—está lloviendo—señaló Sicheng cuando su horario finalizó.

Jungwoo miró hacia las ventanas y suspiró. —no traje un paraguas.

—puedes utilizar el mío, está en mi escritorio, que tengas una buena tarde. —el beta se despidió y Jungwoo asintió.

Tenía veintisiete años, hace tiempo que había dejado de ser un niño, pero algunos días se sentía como uno, sobre todo los días de lluvia, le recordaban a sus tardes sentado en el sillón de la casa de sus padres, solía comer algún postre mientras veía televisión, en aquel tiempo no tenía ninguna preocupación, pero ahora el tiempo había pasado y no encontraba manera de volver a sentir esa sensación de tranquilidad y comodidad.

Sus padres esperaban que se case pronto, pero incluso si quería hacerlo, no había manera de que pudiera hacerlo, no tenía pareja y se negaba rotundamente a una cita a ciegas, las pocas veces que lo intentó se sintió como un extranjero en otro país.

Quizás era debido su personalidad introvertida, antes solía ser más expresivo y atrevido, pero algunos sucesos lo hicieron volverse cauteloso y temeroso.

Guardó sus cosas y se puso su abrigo, yendo al escritorio de Sicheng para recoger el paraguas, sonrió al notar que era el transparente con girasoles, al beta parecían gustarle los paraguas, siempre traía de diferentes modelos.

Caminó por las calles de la ciudad con el paraguas cubriéndolo, se relajó escuchando las gotas golpear la superficie, el sonido hueco le gustó, tal vez no era un día tan malo después de todo, no pudo evitar pensar en Jaehyun, nunca pensó que volvería a verlo, le había gustado mucho cuando eran adolescentes.

Jungwoo vio que la cafetería que le gustaba no estaba llena, se sorprendió por aquello asi que aprovechó la oportunidad para pasar a tomar algo, observó los asientos vacíos mientras sacudía su paraguas para dejarlo colgado, una de las mozas habituales se acercó a él con una sonrisa, indicándole que su mesa favorita estaba desocupada.

—pensé que podrías venir hoy—ella le dijo, acompañándolo a su asiento.

—se me antojo mi helado de cerezas favorito—respondió con una sonrisita tímida, ella le correspondió, yendo a buscarlo y Jungwoo esperó pacientemente mientras veía por la ventana.