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renmin

No es una despedida

Renjun sonrió de lado, observando a Shotaro, era el miembro más joven de la academia de danzas y aunque no se especializaba en competencias de ballroom como los bailarines que estaban en el salón, todavía seguía siendo muy bueno. El entrenador John lo había traído de la escuela de break dance, ya que no podía entrenarlo correctamente con los demás.

—es bueno ¿cierto? —el instructor John se paro a su lado, observando a Shotaro también— el próximo año lo voy a empezar a introducir a las competencias, por ahora comparte la mitad del salón con él ¿puedes?

—puedo, no necesito la sala entera, por cierto—Renjun le miró y su entrenador sonrió.

—sí, ya te conseguí una compañera ¿querías a Lin? La conseguí para ti, sin embargo, viene con paquete—John se cruzó de brazos, haciendo esa mueca que acostumbraba a hacer, una sonrisa extraña.

—¿qué quieres decir con paquete?

—Doyoung me dio a Lin como tu compañera a cambio de que entrene a uno de sus bailarines, en dos meses va a competir para cambiar de categoría, y Doyoung quiere que este lo suficiente preparado para eso.

—¿y yo qué tengo que ver con eso? —Renjun sabía a dónde iba esto, la última vez que le pidió un favor a el entrenador, tuvo que devolverlo con mucho esfuerzo.

Johnny encogió los hombros—well, dear, estaré entrenando para mi competencia en Chicago, queda en ti entrenar al bailarín o quedarte sin compañera.

Renjun resopló, tirando su toalla a un lado—te odio.

Su compañera de baile, Sooyoung, había decidido tomarse un hiatus, su tobillo estaba lesionando y comenzaría a hacer terapia, por lo que Renjun quedó a la deriva. Desde los ocho años que eran compañeros de danza, ella era más grande que él, pero coordinaban bien y habían ganado la mayoría de las competencias a las que se habían presentado juntos.

En un momento había decidido esperarla en su hiatus, pero ella le pidió que no lo hiciera, no sería fructífero para él y su carrera.

—¿para qué ritmo aplicas? —Shotaro le preguntó, mientras estiraba.

Renjun era delgado y más bajo que el promedio de bailarines, a menudo lo subestimaban por ello, pero como dicen por ahí, el veneno viene en frasco pequeño y la mayoría de los contrincantes que lo subestimaron perdieron por ello.

—quickstep, tango, samba y swing—Renjun estiró su brazo, cerrando los ojos al sentir el tirón, estaba un poco contracturado por el estrés.

—eres bueno—Shotaro dijo, mirándolo con interés.

—sí, este es mi salón de entrenamiento, soy bueno.

Pero había algo en que no era bueno y eso era entrenar a otros bailarines, la mayoría de los competidores se convertían en instructores como Johnny, pero Renjun no quería eso, sin embargo, Johnny había conseguido que Lin aceptara ser su compañera, así que no tenía muchas opciones.

Conoció a Lin el fin de semana, una chica de cabello castaño hasta los hombros, tenía rulos y sonreía demasiado, la había visto competir hace algunos años, era buena y seguramente ahora lo era aun más, escuchó que fue a entrenar a Estados Unidos por unos meses.

Ella lo vio bailar primero, para conocer un poco sus movimientos, luego Renjun la vio, podían coordinar bien si entrenaban, las competencias comenzaban recién en seis meses, tiempo suficiente para conocerse, el resto ya lo sabían, ambos eran profesionales.

—¿tango primero? —Lin preguntó, poniéndose en posición.

Renjun sonrió y tomó una de sus manos, llevando la otra a su cintura, empezaron a bailar alrededor del salón, al principio un poco torpe, hasta que conocieron la distancia de sus cuerpos, Renjun sintió que podían hacerlo, y Lin pareció pensar del mismo modo porque la vio entusiasmarse con sus movimientos.