Thirteen

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Cuando Jungkook terminó de hablar, Taehyung se inclinó hacia adelante con el cuerpo del menor acuestas y las piernas de este enganchadas firmemente en su cintura. El mayor procedió entonces, a llevar al invitado a su habitación a paso lento.

El menor se dejó recostar con algo de temor surcándole las venas, sobre los mullidos tendidos que olían a suavizante de tela, en lo que Taehyung sin hablar le desnudaba el tronco inferior y se inclinaba hacia su cuerpo.

El mayor dejó una fuerte palmada al costado de una de las nalgas desnudas de Jungkook, al tiempo que preguntaba—¿Listo?

El omega abrió su boca para liberar un quejido y responder, pero fue atragantado por la lengua de Taehyung, que volvía a saborearlo con detalle e insistencia, a ahogarlo con un beso.

Bueno, con unos cuantos… porque contrario a lo salvaje de sus anteriores encuentros en donde la estimulación genital comenzaba en el primer momento, el mayor se dedicó a besarlo, en los labios, en los párpados, en las mejillas, en las ansias, en la confusión, en la ansiedad que sentía el omega… mientras recorrían su cuerpo con las manos.

Taehyung deslizaba suavemente sus palmas a lo largo de toda la piel blanca del contrario, piel, que segundo a segundo se relajaba o se confundía, se ponía ansiosa o se estremecía… la sensación, Jungkook no la tenía clara.

Era su cuerpo respondiendo a lo placentero que siempre había sido para él, el sexo, era su mente que examinaba cada una de las formas cuidadas y detalladas en las que el otro lo reconocía, lo exploraba, lo sumergía en un mar de sensaciones novedosas.

Era asustarse y regocijarse al mismo tiempo cuando sentía los labios de Taehyung posarse sobre sus párpados, sus mejillas, sus labios con ansias y con cuidado.

Más que sentirse tomado, era ser esculpido beso a beso, caricia a caricia, jadeo a jadeo.

El mayor trazó un camino de besos hasta el sexo de Jungkook, el cual, también fue atendido por esos intrépidos labios en lo que otras de sus zonas erógenas eran estimuladas por las bonitas manos del beta.

Jungkook lo miraba, lo besaba, lo acariciaba, lo deseaba, le tenía miedo y temblaba al mismo tiempo, más cuando el beta decidió penetrarlo después de colocarse el condón jadeandole sobre los labios.

Y es que, había que decirlo, la mayoría de las ocasiones en las que tenían sexo, Jungkook estaba de espaldas, de rodillas o cabalgaba sobre el beta, pero pocas, muy pocas, se respiraban en la cara, se miraban a los ojos y en ninguna, se rozaban los labios en cada embiste que Taehyung daba, como ahora, donde cada cual se tragaba los jadeos que el otro soltaba.

El beta se estaba moviendo particularmente lento dentro del menor y Jungkook estaba demasiado turbado como para admitir que le encantaba además, recibir pequeños besos y respirar del aliento que el otro exhalaba.

—Tus ojos son hermosos

El mayor se refería al brillo amatista que siempre aparecía cuando el lobo del menor se presentaba, cuando su cuerpo era recorrido por una excitación demoledora. Jungkook le respondió con jadeos y trémulas caricias.

Taehyung finalmente refugió su rostro en la curvatura entre el cuello y el hombro de Jungkook como siempre hacía, las pocas veces que sostuvieron relaciones en esa posición, por lo que el omega comenzó a relajarse al encontrarse con un comportamiento más familiar, hasta que sintió el roce de los dientes del otro en lo que lo lamía, en esa zona vulnerable para los de su casta.

Un leve pánico se le inyectó en el cuerpo a Jungkook, pero se desvaneció completamente al recordar que el otro era un beta y jamás lo podría enlazar, por lo que estiró su cuello para darle más acceso, el roce de esos dientes enloqueciendolo, activando lo más instintivo de su comportamiento.

At the end. [Vkook] Omegaverse. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora