Twelve

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“¡¿Dónde mierda te metiste?” Jungkook arrugó el ceño, al sentir retumbar en su cabeza los gritos de Jimin al otro lado de la línea, el domingo a las 12 del medio día.

—Estoy en mi casa— mintió descaradamente el omega, en lo que se removía entre los tendidos de una cama en la habitación de un hotel, el olor a sexo inundando cada rincón y cada músculo de su cuerpo gimiendo debido al energético encuentro con su profesor.

“¡Estoy en tu maldita casa y la ama de llaves me dice que no estás!” rugió nuevamente Jimin.

Jungkook bufó con desgano—Estoy en el Marriot, estuve con alguien anoche.

“Y ¿Hay alguna razón por la que yo no deba saber quien es ese alguien?” reprochó Jimin que ya había asumido que Kook se escabulló con alguien la noche anterior, la cosa es que, el menor siempre le informaba con quien estaba.

—Ni me acuerdo del nombre, solo sé que conectamos ayer y ya. Jimin, ya sabes cómo es esto—Jungkook sintió la incomodidad en todo su cuerpo, la sensación pegajosa en su piel lo estaba desesperando tenía que tomar un baño.

“¿Por qué no tuviste la delicadeza de avisar que te ibas ayer? te busque como un idiota por todo el club.”

—No sabía que ibas a hacer tu papel de madre conmigo, soy mayor de edad, me sé cuidar y el guardaespaldas que me manda mi papá me siguió todo el camino— en esto también mintió Jungkook, porque apenas Taehyung y él salieron del club, lo relevó de sus funciones, generalmente Jungkook llamaba a su guardaespaldas únicamente cuando iba a beber, para que condujera por él hasta su casa, por lo demás, a Jungkook le gustaba sentirse independiente.

“Pudiste avisar”

A jungkook se le arrugó un poquito el corazón al escuchar la voz de su amigo un tanto apagada—Perdoname hyung, es que me emocioné y me olvidé del mundo, pero estoy bien, gracias por preocuparte por mi— y esto hacía que la sensación de culpa se aumentara, porque Jimin, aunque no era parte de su familia, era la persona que más se preocupaba por él, cuando estuvo en el hospital, fue el único que se presentó todos los días para cuidar de él, a diferencia de sus familiares que se presentaron dos días, máximo tres, incluyendo a su hermana.

“Te he dicho Jungkook que no es muy sensato encerrarse en una habitación de hotel con un desconocido, eres un omega muy atractivo, sin lazo, cualquier voz te puede someter, ¡¿qué tal des con un maniaco?!”

—Pues este se sabía mover muy bien— respondió Jungkook con picardía.

“¡Jungkook!”

El nombrado estalló en carcajadas—Todo está bien, cálmate hyung…

“Kook, no vale la pena, no lo vale”

—¡No empieces!— esta vez la voz del menor, se escuchó más aireada.

“Okay, nos vemos mañana” mencionó el mayor con voz derrotada.

—Bien.

Y aunque Jungkook no quería que se le “volviera costumbre” el mentirle a Jimin se volvió algo más bien, habitual… ahora los sábados en la noche los dedicaba a su profesor, pero el omega platinado creía que su amigo había vuelto a las viejas andadas y se acostaba con alguien diferente cada fin de semana… una rutina que se vino a romper tres semanas después de esa llamada.

Era sábado, y Jungkook acababa de realizar la reserva en la misma habitación del Marriot en donde se encontraban con Taehyung cada vez, desde hace poco más de un mes, iba a escribirle al chat a su profesor para confirmar, cuando se percató que le llegó un mensaje de este:

At the end. [Vkook] Omegaverse. COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora