Capitulo 18

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Emily

Ya han acabado las clases. Me siento libre sin hacer las toneladas de tarea que nos dejaban todos los días. De todas maneras, aún no puedo descansar. Tengo que cuidar a la hermana de Will una ultima vez.

Decidí dejar de ser niñera porque quiero disfrutar mis vacaciones; se lo expliqué al padre de Will y el no tuvo problema. El que tuvo problemas fue Will, quien insistía en que yo me quedara.

—¡Ni siquiera has estado dos semanas!—me dijo con un puchero—por favor, quédate

—Vale—le dije con una sonrisa—solo un día

Él me devolvió el gesto y me abrazó.

—Gracias—me había susurrado.

Aún sigo pensando en el momento en el que casi tenía mi primer beso cuando quedé encima de Will, y en sus palabras, que seguían resonando en mi cabeza: <<Aún no>>.

Toco el timbre y, como siempre, la puerta es abierta por Will, quien también tiene una sonrisa.

—Pasa—me dice con un gesto.

Entro en la casa y observo a Bella en la sala, viendo una película en la televisión. Se voltea y al verme, sonríe.

—¡Emily!—chilla y corre hacia mi.

Me pongo en cuclillas y abro los brazos. Ella llega y me rodea con sus bracitos. Nos habíamos hecho muy buenas amigas estas últimas semanas. Lo mismo pasó con Will.

—Ve a terminar tu película—le digo sonriendo y dejando caer uno de sus mechones de su cabello entre mis dedos.

—Okay—dice antes de volverse a sentar.

Me levanto y me encuentro a Will. Este me mira sonriendo.

—Serás una buena madre—me dice tomándome la mano.

—Gracias—le digo sonriendo y aprieto su mano antes de soltarla.

Pasamos un buen rato. Vimos la película junto a Bella, que al parecer era la de Barbie y el cascanueces. Will no paraba de preguntar como era que una chica se podía encoger al tamaño de un ratón.

—Solo ve la película—le había dicho mientras le pegaba con uno de los almohadones para callarlo.

En un rato, Bella se quedó dormida. Will la toma en brazos y la sube a su habitación para después cubrirla con una pequeña manta de color lila.

Le sonrío cuando se acerca a mi.

—Serás un buen padre—le susurro, sorprendiéndome por el comentario que he hecho.

—Lo sé—susurra y me sonríe. Este chico siempre está sonriendo.

Bajamos las escaleras y al final de estas, el me mira con sus grandes y resplandecientes ojos verdes-azules.

—Emily, quiero que vengas conmigo—me dice y casi hace que me caiga del último escalón.

—¿A donde?—pregunto un tanto confundida.

—A Narnia—responde y después de ver mi cara de confusión, ríe—vamos al parque

—¿Y Bella?—pregunto mientras miro hacia las escaleras. Por eso es que estoy aquí.

—No te preocupes—responde mientras me tiende la mano—tiene el sueño pesado

Frunzo el ceño y lo pienso unos momentos. Miro los ojos del chico que tengo frente a mí y me muerdo el labio.

Amigos por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora