Emily
ActualidadEl débil (y muy molesto) sonido de mi despertador hace que abra los ojos. Miro la pantalla de mi celular con mis ojos entrecerrados por la brillante luz que desprende: Lunes. Gruño sonoramente antes de levantarme como un zombie y caminar al pequeño cuarto de baño frente a mi habitación. Me ducho rápidamente y me pongo algo de ropa: una playera color verde agua, unos converse del mismo color y unos Jeans, para después bajar a la cocina. Mi hermano, Niall, está sentado en la barra viendo la tele, la cual está pegada a la pared.
—Buenos días—me dice comiendo un bocado de omelette.
—Buenos días—le respondo sirviéndome mi desayuno en un plato.
Niall y yo somos de la misma edad, ya que somos mellizos. Mi madre dice que de bebés siempre nos confundía, así que Niall terminaba con un mameluco rosa y yo uno azul, pero ahora es diferente. Siempre nos peleamos, pero vamos, ¿quien no se pelea con su hermano mayor?
Niall deja en el lavabo sus platos sucios, apaga la televisión y me voltea a ver, mientras yo como un bocado.
—¿Quieres que te lleve?—pregunta mostrándome las llaves del auto. Niego con la cabeza.
—Sharon me llevará—respondo con la boca llena. Niall hace una mueca de asco, se encoge de hombros y sale por la puerta.
Al terminar mi desayuno, subo por mi mochila y salgo de la casa a buscar a una de mis mejores amigas. No vive tan lejos, así que llego en menos de diez minutos. Toco la puerta y al abrirse esta, muestra a mi amiga con su pijama puesta, su cabello castaño alborotado y sus ojos medio adormilados.
—¿Te ha explotado algo?—le pregunto en tono burlón.
Ella me mira con cara de pocos amigos y luego me sonríe falsamente.
—¡Emily! Me alegra tanto que estés aquí...—me dice antes de dar un resoplido de frustración. Le sonrío inocentemente antes de reír—¿podrías guardar mis cosas mientras me voy a cambiar?
Asiento con la cabeza y ella sube disparada hacia lo que supongo es su habitación. Guardo sus cosas, que están desperdigadas por todo el sillón y la mesa de centro. Supongo que debió de haberse levantado hace cinco minutos.
Conozco a Sharon desde que tenemos once años. Al principio no nos hablábamos, pero luego de que la maestra de música nos haya juntado, a mí, a Sharon y a otras dos de mis mejores amigas en un grupo de trabajo, nos volvimos inseparables.
Sharon baja rápidamente, arreglada y peinada. Nos vamos corriendo a la escuela, ya que para nuestra mala suerte el auto de mi amiga no arrancaba. Corremos por el largo pasillo de la escuela y paramos dos segundos para recuperar la respiración. La escuela no está demasiado lejos, pero tampoco es que sea una caminata de tres minutos.
Entramos en el salón de clases de Química y resoplo internamente al ver al profesor frente a toda la clase, la cual nos mira detenidamente. Él se gira cuando nota las miradas y nos examina con la ceja enarcada.
—Señorita Horan, señorita Thompson—nos dice el profesor Miles examinándonos detenidamente—¿tarde otra vez?
—Lo siento...—comienzo pero él hace un gesto con su mano y señala las bancas.
—Siéntense—ordena en tono autoritario. Asiento lentamente y sigo a mi amiga dentro del salón.
Las dos nos sentamos en las bancas que nos corresponden, yo al lado de Karla, mi otra mejor amiga y Sharon a dos bancas de distancia de nosotras.
Antes de que el profesor pueda retomar de nuevo su clase, el sonido de alguien golpeando la puerta lo interrumpe. Con un suspiro, el profesor camina hacia la puerta y la abre, mostrando a la directora. El profesor Miles la deja pasar y como siempre hace en sus no tan habituales visitas, se pone frente a todos nosotros.
—Escuchen alumnos, hoy tenemos un nuevo estudiante—dice con una gran sonrisa. Su mirada se dirige a la puerta, donde un chico entra por esta—su nombre es Liam, Liam Payne
En ese instante me sobresalto. Conozco ese nombre, podría reconocerlo si alguien lo gritara desde una distancia de tres metros. Pero no puede ser él, él se fue a Francia hace seis años y se quedaría allí para siempre...
La voz de la directora interrumpe mis pensamientos.
—Señorita Karla, ¿podría sentarse al lado del Señor Ben?—le pregunta a mi amiga, aún mostrando esa sonrisa suya.
Ella me mira con una sonrisa triste y se va a su nuevo lugar. Miro la banca vacía y luego me vuelvo hacia la directora, incrédula.
—Siéntese al lado de la señorita Emily—le dice ahora la directora a Liam.
Él asiente con la cabeza y se sienta a mi lado. Mi corazón comienza a latir más rápido y trago saliva. No, él no es Liam, él no puede serlo, Liam está en Francia haciendo una nueva vida, no, no y no...
Me giro hacia el chico. Es muy diferente al chico que vi hacía seis años, ahora sus facciones son las de un adolescente, y sus ojos cafés ya no tienen ese curioso brillo que tenía antes en la infancia. Vuelvo a tragar saliva y él me sonríe.
—Hola—dice tendiéndome su mano con una sonrisa—mi nombre es Liam
Tomo su mano y la agito; es entonces cuando el peso del asunto cae en mis hombros.
¿Él me ha olvidado?
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Amigos por siempre
RomanceEmily y Liam. Dos mejores amigos que se conocen mejor entre ellos que nadie más en sus vidas: todos sus secretos y debilidades están guardados en una parte de cada uno de sus corazones. ¿Qué pasa cuando los dos comienzan a sentir sentimientos el u...