Cápitulo 14

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Emily

Saco mis cosas del casillero y veo que un pequeño pedazo de papel cae al suelo. Al levantarlo, veo que es en realidad una carta por lo que está escrito en esta.

"De tu admirador secreto"

Frunzo el ceño, creo que Sharon lo nota porque se me acerca.

—¿Pasa algo Horan?—pregunta con la preocupación puesta en sus ojos marrones. Niego con la cabeza. Sharon me quita la carta de las manos y la abre, antes de que pueda siquiera leerla, se la quito.

—¡Hey!—exclama haciendo un puchero.

—Es privada—le digo guardándola en mi bolsillo. Sharon bufa sonoramente.

—De todas maneras la leeré Horan—dice mientras me acomodo mi mochila en el hombro y comenzamos a caminar.

Miro suplicante a Rennessme.

—Ella tiene razón—responde esta encogiéndose de hombros.

Suspiro derrotada y le entrego el pedazo de papel a Sharon. Ella comienza a leerla en voz alta.

"Emily.

Se que te resulta raro que alguien te escriba, pero no puedo expresar mis sentimientos en público..."

Sharon pone los ojos en blanco y después frunce el ceño.

—Vaya carta—dice y me la devuelve. La tomo riendo y la vuelvo a colocar dentro de mi bolsillo.

—Aún no la acabas

—Es muy cursi para leerla—dice arrugando la nariz.

Rennessme y yo reímos. Entramos en la cafetería, vamos a por nuestras bandejas del almuerzo y nos sentamos en una de las mesas de hasta el final. Casi todas las mesas ya están ocupadas.

—Ya quiero que los chicos regresen—dice Rennessme con su tono de voz triste y distante.

—Yo igual—dice Sharon con un puchero—no es lo mismo sin Louis

—O sin Zayn

Las tres levantamos nuestra vista y vemos a Karla, la cual acaba de llegar. Esta se sienta a un lado de Sharon, que le sonríe a modo de saludo.

Suspiro.

—Ni Liam o Niall...—digo mientras hago un puchero.

Sharon me sonríe pícaramente mientras Karla se levanta de la mesa. Creo que irá a por su bandeja de comida.

—Liam—dice mi amiga en un tono picaron mientras que la sangre sube a mis mejillas.

—El es solo mi mejor amigo...—digo algo nerviosa. Carraspeo.

—Ajá—dice Karla mientras se vuelve a sentar con nosotras y mira a Sharon con una sonrisa, la cual le devuelve el gesto.

—¿Me puedo sentar?—pregunta la voz de un chico detrás de mí.

Me giro y me encuentro con un chico castaño de ojos verdes-azules. Demonios, como amo sus ojos. Le sonrío.

Amigos por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora