Capitulo 3

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Emily

Abrazo a Liam por lo que parece ser un largo rato. Él acaricia mi cabello y mi espalda al mismo tiempo mientras que las lágrimas siguen cayendo sobre mi rostro y parte de su camisa.

—Eres un idiota—le susurro—creí que me habías olvidado

Él termina el abrazo, limpia una lagrima que cae por mi rostro con su pulgar y ríe levemente.

—Yo pensé que tú eras la que me había olvidado—dice y yo abro los ojos como platos, incrédula.

—¿Bromeas?—pregunto y él amplía su sonrisa—jamás olvidaría a mi mejor amigo

—Qué alivio—dice poniendo una mano en su pecho teatralmente—pensé que tenias Alzheimer

Río levemente y le pego cariñosamente en el pecho antes de volver a abrazarlo.

—¿Quieres que te lleve a casa?—pregunta volviendo a acariciar mi cabello. Asiento—bueno, pero creo que deberías recoger tus cosas primero

—Claro—digo riendo. El me ayuda a recoger parte de mis cosas y yo me pongo la mochila al hombro cuando acabamos. Él toma mi mano y salimos hasta su auto, yo aún sin creer que acabo de encontrar a mi mejor amigo después de tantos años. Subimos nuestras cosas en la cajuela y nos ponemos en marcha.

—Entonces, si me recordabas, ¿porque hiciste que pareciera que me habías olvidado?—pregunto poniéndome el cinturón de seguridad.

Él hace una mueca.

—Ya te lo dije—responde sin apartar la vista del camino—pensé que tenias algún problema en el cerebro y si me acercaba de repente y te abrazaba, podrías haber llamado a la policia o algo así

—Eres un exagerado, ¿lo sabes?—le digo y él despeina mi cabello con una sonrisa—¡Eh! ¿que te ocurre?

Me acomodo mi ya desecho peinado y le enseño la lengua. Él vuelve a reír.

—Nada—responde agrandando su sonrisa. Detiene el auto y se gira para verme—solo te he extrañado, Emmie

Mis labios se curvan en una sonrisa.

—Y yo a ti—le digo y él vuelve a dedicarme una sonrisa antes de poner en marcha el auto.

Unos minutos después, Liam estaciona el auto frente a mi casa, me ayuda a bajar mis cosas y yo le agradezco.

—¿Cuando te volveré a ver, Payne?—le pregunto mientras el me entrega mis cosas y yo me vuelvo a acomodar la mochila en mi hombro.

—Todas las clases de química—responde sonriendo y yo niego con la cabeza, riendo—¿quieres hacer algo mañana?

—¿Porque no?—digo recibiendo otra de sus auténticas sonrisas—además, quiero estar con mi mejor amigo

Él ríe.

—Y yo con la mía—dice y ahora es mi turno en sonreírle—me tengo que ir, sino mi madre me matará

—Está bien, ¿mañana entonces?—le pregunto. El se acerca y me abraza. Le vuelvo a rodear el cuello y nos quedamos así por uno segundos. Sonrío antes de terminar el abrazo.

—Claro que si—responde y me dedica una última sonrisa antes de salir del pequeño jardín delantero. Entro a mi casa y lo primero que veo es a mi hermano sentado en la sala viendo televisión.

—¿Porque tan tarde pequeña?—pregunta con su típico tono de hermano sobreprotector.

Lo fulmino con la mirada. No me gusta que me diga pequeña.

—Porque si—respondo molesta y subo las escaleras hacia mi habitación; dejo mis cosas en esta y vuelvo a bajar hacia la cocina por un pedazo de pollo. Lo único bueno de los Lunes, es que son Lunes de Nando's. Me siento al lado de mi hermano mellizo y juntos vemos su programa favorito.

—¿Qué te hizo tardar tanto?—vuelve a preguntarme mientras me mira con sus ojos azules: una réplica exacta de los míos.

—Me encontré a Liam—respondo con una sonrisa de oreja a oreja al recordar nuestro pequeño reencuentro.

—Ah, debí suponerlo—dice dándole un mordisco a su pollo—también me lo encontré yo

—No hables con la boca llena—le digo arrugando la nariz.

—¿Y tú sí puedes?—pregunta y recuerdo el desayuno. Pongo los ojos en blanco.

—Tu ganas—le digo y él ríe levemente mientras que yo muerdo mi comida.

—¿Sabes? Liam me preguntó si habías tenido un accidente—agrega sin apartar la vista de la televisión.

Vuelvo a poner los ojos en blanco.

—Me dijo que pensó que lo había olvidado—le digo a mi hermano y él me mira—¿lo puedes creer?

—No diría lo mismo si te hubiera visto llorar por él cuando se fue—dice y dejo el pollo que pensaba volver a morder suspendido en el aire.

Intento no pensar en la primera noche después de que Liam se fuera a Francia y suspiro.

—Pero quitando eso...—dice Niall mirándome con una pequeña sonrisa—lo has reencontrado, ¿no?

Asiento con la cabeza. Niall vuelve a poner la vista en la televisión.

—Pero recuerda que debes llegar temprano—dice y yo suelto un bufido de resignación.

—¿Es en serio Niall?

—Sabes que soy muy sobreprotector Em...

—NOO—digo con el sarcasmo puesto en mi tono de voz y los ojos entrecerrados—¿en serio?

Él ríe.
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Amigos por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora