Emily
El sonido de mi alarma se cuela en mi sueño, haciendo que me despierte a regañadientes. Mis ojos se abren, y el sonido lejano del tráfico matutino se mezcla con el de mi alarma; me quedo viendo a un punto fijo por unos segundos antes de parpadear varias veces para enfocar mi vista. Me incorporo lentamente y frunzo el ceño cuando no reconozco la habitación. Tardo unos segundos en recordar el día anterior y una pequeña sonrisa cruza mi rostro.
Suelto un largo bostezo y aparto las mantas para poder levantarme de la cama. Tomo mi celular del pequeño mueble a un lado de la cama y apago la alarma con frustración; no estoy tan feliz de ir a la Universidad, aunque lo único que me motiva a ir es el hecho de que las vacaciones de invierno comienzan dentro de dos semanas.
Mientras camino por el pasillo en dirección al baño, no puedo evitar observar el apartamento. Cuando Liam me dio el pequeño recorrido quedé impresionada por lo grande que es; incluso su habitación tiene un balcón en donde se puede ver a lo lejos el London Bridge y el río Támesis fluyendo debajo de él.
Al dar la vuelta para entrar a la cocina, me sobresalto al ver a la silueta frente a mí.
—Buenos días—me dice Liam sonriendo de oreja a oreja, colocando un vaso de vidrio frente a él.
—Me asustaste—digo poniendo mi mano sobre mi pecho y él suelta una corta risa. Una cálida sensación me cubre el estómago cuando lo hace.
—Lo siento—se disculpa cuando termina de reír y yo niego con la cabeza.
—No hay problema
Me acerco hacia una de las alacenas y abro las dos puertas al mismo tiempo.
—¿Irás a la Universidad hoy?—pregunta la voz de Liam detrás de mí.
—Lamentablemente, sí—respondo poniéndome de puntitas, intentando alcanzar la bolsa de pan; maldigo en voz baja mi estatura antes de saltar y tomar el extremo de la bolsa, para que esta caiga sobre la barra.
Me giro hacia mi mejor amigo, que me observa con una pequeña sonrisa; cuando se da cuenta que ya me he dado la vuelta, se gira hacia el otro lado y yo enarco una ceja.
Comienzo a preparar el desayuno, aunque protesto cuando Liam intenta ayudarme; él no deja de soltar resoplidos como hacía cuando era niño y mamá no lo dejaba recoger los juguetes desperdigados de Niall. Una pequeña sonrisa se coloca en mi rostro al recordarlo y sigo preparando el desayuno. Al terminarlo, tomo platos para cada uno y coloco las rebanadas de pan sobre ellos antes de ponerlos en la mesa.
—¿Pan con frijoles?—pregunta enarcando una ceja.
—Mi madre me enseñó a prepararlos—respondo sonriéndole, pero él entrecierra los ojos; bufo—lo vi en un video
—No puedes mentirme Em—comenta dándole una mordida a su rebanada—te conozco demasiado bien
—Ya lo sé—digo volviendo a bufar antes de tomar mi rebanada y darle un feroz mordisco. Los labios de Liam se curvan en una sonrisa.
Mis ojos miran su muñeca derecha, ahí donde el reloj debería de estar rodeándola. No creo que se haya perdido en el accidente, ni mucho menos que lo haya tenido puesto antes de salir de casa; pero estoy dispuesta a encontrarlo.
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Amigos por siempre
RomanceEmily y Liam. Dos mejores amigos que se conocen mejor entre ellos que nadie más en sus vidas: todos sus secretos y debilidades están guardados en una parte de cada uno de sus corazones. ¿Qué pasa cuando los dos comienzan a sentir sentimientos el u...