Emily
Ha pasado una semana desde la fiesta que organizamos para Liam. La fiesta a la que él no había decidido asistir y en vez de eso había ido a cenar junto a Danielle. No me había querido hablar desde ese día, cosa que yo no entendía: yo soy la que debería estar enojada con él, porque él era el que no había asistido a la fiesta.
En realidad, estoy...decepcionada.
Estaba tan enojado, que incluso había ido a comprar un apartamento junto a su novia, cerca de por aquí. Todos intentaron hacer que cambiara de opinión, pero al parecer, Liam también estaba molesto con ellos y había decidido ignorarlos.
El sonido de celular hace que levante mi cabeza de golpe y todos los recuerdos de la última semana se esfuman. Gruño levemente antes de tomarlo y aceptar la llamada.
—¿Hola?—pregunto incorporándome.
—¿Cómo está mi hermana favorita?—pregunta Greg y yo bufo sonoramente.
—Mal, muy mal—respondo recostándome en la almohada.
—¿Es por lo de Liam?—pregunta y yo asiento inconscientemente—siento no haber ido, por cierto, ya sabes que tenía mucho trabajo...
—No pasa nada—digo negando con la cabeza, aunque sé que él no puede verme—de todas maneras el no asistió
—Lo sé, Niall me lo dijo—dice y yo resoplo; Greg suspira.
—Lo peor es que está molesto conmigo, ¡fue él quien faltó a la fiesta!—exploto ante el teléfono y lanzo una de mis almohadas al suelo.
Greg vuelve a suspirar, y mi vista comienza a nublarse. <<No, no lloraré, no>>.
—Veras que todo saldrá bien—me dice mientras yo me froto los ojos para que las lágrimas desaparezcan—ustedes siempre encuentran la manera de solucionarlo
—Supongo que si—digo sorbiendo mi nariz; me maldigo por dentro pero mi hermano mayor no parece notarlo—¿cómo ha estado Theo? ¿Y ustedes?
—Bien—responde Greg mientras yo me vuelvo a frotar los ojos.
—Que bueno, creí que llamarías a mamá a mitad de la noche porque se te habían olvidado los pañales o algo así—bromeo con una pequeña sonrisa.
—No dejes que Denise te escuche decir eso—dice Greg y yo rio un poco al escuchar sus palabras—¿cómo está la Universidad?
—Bah—respondo con una mueca.
—Que gran actitud, Em—dice el y puedo ver cómo rueda los ojos.
Conversamos un rato más antes de que él se despida y yo vuelvo a mi tarea: esconder mi rostro en mis almohadas. Mi celular no tarda en volver a sonar.
—Hola cariño, ¿estás ocupada?—pregunta la voz de mi madre y yo contengo el gruñido que estaba a punto de soltar. Miro mis almohadas disimuladamente y hago una mueca.
—No—respondo y mi mamá parece soltar un suspiro de alivio.
—¿Te apetecería venir a ayudarme a la casa?—pregunta mientras yo me levanto y me pongo mis zapatos.
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Amigos por siempre
RomanceEmily y Liam. Dos mejores amigos que se conocen mejor entre ellos que nadie más en sus vidas: todos sus secretos y debilidades están guardados en una parte de cada uno de sus corazones. ¿Qué pasa cuando los dos comienzan a sentir sentimientos el u...