somebody like you || hardzzello

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Viernes 25 de setiembre, 19:07 PM.
Mazzello's House.

—¿Y qué hacías? —Le preguntó el pelirrojo.

Benjamín y Joseph estaban en una videollamada por Skype hablando de... ni ellos sabían ni les importaba, lo único que querían era verse y escucharse.

—Pues, —Benjamín se acostó sobre su cama— la verdad que nad- —El rubio fue interrumpido por la canina que saltó a la cama y comenzó a dar vueltas al rededor del rubio— ¡Frankie!

—¡Hey! No la regañes, ella solo quiere jugar. —La defendió el pelirrojo.

—¡Puta madre! —Se quejó el rubio al sentir los dientes de Frankie mordiéndo levemente su brazo— ¿Que quiere jugar, decís? ¡No me para de morder!

—Porque te quiere mucho. —Respondió el pelirrojo entre risas y Benjamín rodó los ojos— Frankie, no muerdas a papá.

Frankie obedeció y dejó de morder a su dueño, dejándo sorprendida a la pareja.

—¿Cómo mierda hiciste eso?

—¿El qué?

—Que te hiciera caso.

—Si querés que te haga caso, hablale firmemente.

—¡Literalmente hago eso todos los días! Solamente me hace caso cuando la llamo para que coma. —Ambos rieron— Amor, mañana es el aniversario numero 70 de la empresa, y pues, no se que carajo van a hacer, pero no quería ir solito. —El rubio hizo un puchero— ¿Querés venir conmigo?

—¡Claro! ¿Es ahí mismo en la empresa?

—Eeeh... pará que le pregunto a Gwilym. —Se levantó, fue hasta el balcón, se apoyó en la baranda mirando hacia arriba e intentó llamar a Gwilym— ¡Eu!

—¿Qué haces?

—Llamo a Gwilym.

—¿Qué no lo podías llamar como toda una persona decente?

—Me da flojera salir de Skype y mandarle mensaje, así que le hablo desde el balcón. —Benjamín volvió a mirar hacia arriba y siguió tratando de hacer que Gwilym lo escuchara— ¡Bo! ¡Gwilym!

Gwilym no respondía.

—¡¡GWILYM!! —Gritó más fuerte. Literal, parecía un loco.

A los pocos segundos se vió la cabeza de Leslie y enseguida desapareció. Se escucharon un par de murmullos y luego Gwilym apareció solamente con unos shorts puestos.

—¿Qué querés, mijo? De seguro te escucharon todos los vecinos.

—¿Se puede saber que eran esos sonidos raros? —Preguntó haciéndose el que no se había enterado de nada.

—¿Queti? ¿Qué querés, pesado?

—¿La cosa del aniversario de la empresa es ahí mismo?

—¿Solamente para eso me llamaste?

—Boludo, voy hasta hallá a ver que hacían.

—Si, es ahí mismo. Apuesto a que tampoco te acordás a que hora es, no?—La verdad que no. —Respondió riendo.

—Comienza a las 19:30.

—Ta, era lo único que quería saber. Sigan cogiendo tranquilos. —Exclamó divertido y volvió a su habitación— ¿Escuchaste todo?

—Cada día me doy más cuenta de que a veces sos muy boludo. Y si.

—Pero aún así te encanta este boludo.