somebody like you || hardzzello

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Domingo 14 de agosto, 09:50 AM.
H

ardy's House.

Ben Hardy.

A la mañana siguiente, me desperté y abrí los ojos solo para tener la certeza de que no había estado en un sueño. Estábamos exactamente donde nos habíamos quedado ayer, en el suelo del patio de afuera, recostados sobre una manta y tapados con una sábana.

Miré nuestras ropas esparcidas por el suelo y me enfoqué en la camisa de Joe. Tuve ganas de tomarla para sentir su dulce perfume, cuando me di cuenta que no la necesitaba porque tenía al dueño del perfume acostado a mi lado, boca abajo con su espalda desnuda y el restante de su cuerpo cubierto con la sábana que habíamos traído ayer. Su cabello estaba perfecto, las ganas de pasar mis manos por ellos fue enorme y no me contuve, solo me dejé llevar por el momento.

Pasé mi mano sobre su espalda desnuda subiéndola hasta su cabello, el en cual relajé la mano y comencé un camino allí. Pude ver las marcas de su cuello que denunciaban exactamene lo que habíamos hecho la noche anterior. Las marcas de amor. Amor.

Amaba perdidamente y locamente a Joe, con todo mi corazón, mi alma, mi ser, con cada parte de mi. El era todo lo que yo necesita.

Empecé a distribuir besos en las marcas que tenía en su cuello, y fue cuando el pelirrojo dió señales de que se había despertado. Movió un poco su cabeza para mirarme, y luego volvió a cerrar los ojos.

—Mierda, Benny. ¿Podemos hacer el amor todos los días? Quiero despertarme así para siempre. —Habló aquella voz que me mataba, tan dulce, llena de mimos.

—No sería mala idea. —Le susurré al oído lleno de segundas intenciones, dando un leve mordisco al lóbulo de su oreja.

Segundas intenciones que no pasaron desapercibidas por Joe, que levantó un poco su cabeza para poder mirarme y quedé hipnotizado con aquellos preciosos ojos color miel que tanto me encantaban.

Nos quedamos perdidos en los ojos del otro. Podía ver aquel fuego y el deseo en sus ojos, y me enloquecía. Era tan precioso, sus ojitos, su carita, su despeinado cabello, su blanca y suave piel, absolutamente todo.

Posé mi mano en su mejilla y la acaricié lentamente mientras trazaba círculos en sus pomulos. De un momento para otro, fuí acariciando más lento su mejilla cuando me empezaron a pesar los ojos y el sueño comenzaba a invadirme.

Fue cuando Joe de la nada se empezó a reír, por lo que volví abrí los ojos.

—¿Y tú de que te ríes?

Pregunte, lo que hizo que Joe volviera a reír pero con más fuerza.

Lo tomé de la barbilla para que me viera y lo miré con cara de pocos amigos.

—Oh que, Jones. ¿Perdiste tu momento candente?

—Juegas con fuego, eh, Mazzello? —Exclamé resaltando 'Mazzello'— Si sigues así, te vas a quemar.

—Pues mira que no tengo miedo a quemarme. —Respondió alzando sus cejas— Adelante, quémame si puedes.

—¿Me estás retando?

—O si querés te hago un dibujito y te lo muestro.

—E no, no, no hace falta, así esta bien. —Le dije para así por fin unir nuestros labios en un beso profundo y lleno de deseo.

Me encimé sobre él y el patio no tardó en llenarse de gemidos por parte de ambos. Todo explicaba lo que estábamos haciendo. Lo único que espero es que los vecinos no me vengan a reclamar por todo el ruido.