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Joe Mazzello:


Me desperté, abrí los ojos pesadamente debido al largo día de ayer y me froté los ojos. Me estaba estirando y cuando me di la vuelta, Lyna no estaba. De seguro estaba en el baño.
Me levanté, toque la puerta y nadie respondió.

Bueno, si no está ahí, habrá vuelto a su cuarto a dormir. Fuí hasta su habitación y tampoco estaba. 

Ya me estaba empezando a asustar.

Cuando de repente escuché un ruido que venía de la cocina.

—Auch! —Se escucho una voz aguda.

Bajé las escaleras y ahí estaba Lyna recogiendo con la escoba vidrios que había en el piso. Se había caído un vaso.

—Buen día Lynita, déjame ayudarte.

—No yo puedo sola —Insistió. Luego agarró la pala, arrastro el vidrio y lo tiro el el pote de basura— Te hice el desayuno, tal y como te gusta —Colocó un plato en la mesa que contenía unos wafles con jarabe y una taza de café.

Me acerqué para observar el desayuno mejor y entré en dudas. —Mmh, esto no lo hiciste tú, no? —Curvé una ceja.

Soltó una risa. —Los wafles los hice yo y el café lo fui a comprar.

—Ah bueno y por qué se calló un vaso?

—Por que estaba terminando de acomodar la cocoa de mi leche y sin querer se me callo... ¡Auch! —Se quejó. Se había cortado un poco la mano con vidrio.

—Déjame curarte —Fui hasta el baño y saqué el botiquín de primeros auxilios, agarre algodón, lo hice una bola, lo moje en agua oxigenada y se lo pase por la mano de Lyna— Después de que desayunamos vamos al hospital.

Asiente. —Hoy viene Gabi, verdad?

—Claro, a menos de que digan que se tiene que quedar más tiempo.

—Yupiiiii. —Chilló emocionada— Ok, vamos a desayunar.

Nos sentamos en la mesa y desayunámos mientras hablábamos de lo que sea. Hasta que Lyna me pidió algo que me llamó la atención.

—Papá, me puedes comprar unos guantes negros que solo te tapan hasta por debajo de los nudillos?

—Claro —Respondí confundido— ¿Te gustan así?

Asintió levemente.

—Bueno, cuando pueda te los compro.

—Gracias, ya terminé de tomar la leche, me voy a lavar los dientes?

—Claro.

Subió las escaleras y fue al baño a lavarse los dientes. Mientras yo me quedé acomodando la mesa. Hasta que bajo Lyna arreglada.

—Que linda estas, nena.

—Gracias, ok, ahora vamos al hospital —Se detuvo— Pero antes...

—¿Antes qué?

—Vas a ir hasta la dirección que te dio Ben a agradecerle por lo de ayer.

—Bueno, pero vos venís conmigo.

—¿Yo por qué?

—Porque no quiero ir solo.

—Ahh, ya se lo que pasa —Me miró con cara atrevida — ¿Tenés miedo de desmayarte cuando veas a ese niño bonito?

—No tonta, sólo que no me siento cómodo ir solo.

—Bueno, vamos?

—Dale vamos.

somebody like you || hardzzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora