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Joe Mazzello:

Me llamo Joseph Francis Mazzello III pero todos me dicen Joe. Tengo 28 años y trabajo en un restaurante lavando platos y algunas veces yo tomo las órdenes de la gente.

Tengo dos hijos. Una niña de 10 años llamada Evelyn y un niño de 9 años llamado Gabriel.

A leguas parezco una persona que tiene una vida simple y feliz, pero no es así.

Mi pareja Javier me maltrata, me golpea y es muy tóxico. Desde hace mucho mi familia y Lucy, mi mejor amiga, me dicen que lo denuncie, pero no tengo la confianza como para hacerlo.

No lo he denunciado sólo por el miedo a que me lastime más, sino por lo que digan Evelyn y Gabriel. Oh hasta podría llegar a lastimar a mis niños.

Igualmente, no concibo mucho con la gente, ya que cuando sabe que soy gay, me trata mal o se aleja de mí.

Llegué a mi casa encontrándome con Javier sentado en el sillón de brazos cruzados. Por su cara se veía muy molesto.

—¿A donde mierda fuiste? —Dijo levantándose serrando sus manos con fuerza.

—S-solo fui al mercado —Respondo con un nudo en la garganta.

—No mientas, maricón —Se acerco a mi y me golpeó con su puño haciendo que cayera al piso— ¡Mentiroso! —Una patada— ¡Imbécil! —Dos patadas— ¡Cobarde! —Tres patadas.

Dejó de golpearme y se fue de la casa azotando a puerta, mientras yo estaba en el piso llorando retorciendo de dolor.

Me senté delicadamente, me pasé una mano por el pecho e inmediatamente sentí un inmenso dolor, lo que me hizo soltar un gemido.

Luego, como pude, me levanté agarrándome de los muebles, tambaleando me dirigí al baño, me miré a espejo y mientras me lavaba la cara, pensaba en todos estos años que pasamos juntos ahora me trata así? Tres años. Tres años tirados a la mierda.

¿Tan rápido se le fue el amor?

Lo peor es que me dijo que me amaba con todo su corazón, me prometió amor eterno. Pero no cumplió su promesa.

Agarré las llaves de mi auto y fui a recoger a los gurices del colegio. Llegué y ya estaban saliendo, me vieron y vinieron hacia mi para abrazarme, y por los golpes fingí todo lo que pude el dolor.

—Hola papá —Dijeron los dos al mismo tiempo.

—Hola mis niños, ¿como les fue? —Les pregunto mientras caminábamos hacia el auto.

—A mi me fue muy bien, empezamos a trabajar con los centímetros cuadrados y con los textos expositivos —dijo Evelyn.

—Que bien —le dije emocionado— ¿Y a ti Gabi? —Dije mirándolo.

—Bueno... no me fue tan bien que digamos —Respondió bajando la mirada.

Lo miré. —¿Por qué? ¿Qué pasó?

—Unos compañeros vinieron a molestar y después empezaron a maltratarme —dije con miedo.

—Pero después llegué yo y los golpeé -
—dijo Evelyn.

—Bueno, pero lo peor fue el putaso que te dio el maestro —dijo riendo.

—¡Oye! —lo golpeó en el brazo— Si se lo merecían.

—¿En serio hiciste eso hija?

—Si, antes de que el maestro llegará les dije que si lo volvían a lastimar a Gabriel, ahí si que los cago a piñas —dijo media seria.

somebody like you || hardzzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora