– Bueno. Iré a mis aposentos a cambiarme, debo arreglarme para la fiesta. Cuento contigo por si ocurre algún problema, ZheHan.
– S... sí – siseó el contrario.
Zhan abandonó el patio con ilusión y dirigiéndose a la planta alta. Ese día era muy importante y todo debía salir perfecto, sin un mínimo fallo.
La fiesta, a parte de significar la puesta en público de la fecha en la que se celebraría su boda con Jin Zi, también sería un medio para dejar en claro su poder e influencia.
La casa se llenaría de personas de muy alto estatus, capaces de impulsar sus negocios aún más alto. Por venir, vendría hasta el gobernador de la región con su hija.
Zhan esperaba que ella hubiera olvidado aquella noche en la que se convirtió en su amante. Sería muy molesto aguantarla coqueteándole o insinuando cosas delante de los demás y de su prometida.
Más que temer al qué dirán de todos, eran los celos y la desvergonzura de A-Zi lo que le asustaban. Era muy probable una puesta en escena desagradable y humillante por parte de la muchacha si lo veía cerca de otra.
– "No te inquietes por eso, Xiao Zhan. Todo saldrá a las mil maravillas" – pensó intentando descartar esas preocupaciones.
Mientras subía los escalones con el ánimo un poco más alegre, recordó, sin quererlo ni esperarlo, algo ocurrido dos días antes en ese mismo lugar. De repente, los pensamientos restantes del tema anterior empequeñecieron, sobrepasados por otro más grande y extrañamente importante.
El rostro blanco y los ojos furiosos de Yibo eran, en ese instante, lo único que le interesaban. Con el pasar de los días, se había acostumbrado a su mirada asesina y profunda, llena de un veneno dulce que le encantaría probar aunque muriera.
Un sentimiento raro, el cual aprendió a olvidar por los malos tratos de su padre en sus últimos años de vida, apareció en su pecho resurgiendo de las cenizas de su corazón quemado. Se sentía mal, terriblemente mal y culpable.
¿Hizo bien en intentar someterlo? ¿Había sido muy duro con él? ¿Debería retirarle el castigo y otorgarle una ropa normal?
– "Sentí su aliento tan cerca" – reflexionó tocando sus labios como si ellos guardaran el aire expulsado por el castaño. – "Es tan hermoso, tan perfecto".
~ Flasback (dos días antes) ~
– ZheHan. ZheHan, ¿dónde estás? – el pelinegro recorrió toda la casa buscando a su criado.
Había preguntado a las sirvientas, a los guardias e incluso a los cocineros, sin embargo, nadie lo vio en toda la tarde. La tierra se lo había tragado sin dejar ningún rastro de él, como una desaparición misteriosa, inconclusa.
– ZheHan, necesito tu ayuda.
Por mucho que gritara o lo llamara, no contestaba. Se estaba cansando de andar por el gran edificio y caminar por los jardines sin éxito.
– "¿Dónde se habrá metido?" – se cuestionó.
Velozmente, al igual que una estrella fugaz pasando por el cielo nocturno, un nombre se iluminó en su mente. Este apareció en un amarillo fuerte y con luciérnagas revoloteando a su alrededor, era tan obvio que se lamentó por no caer en la cuenta antes.
– Gong Jun – murmuró seguro de su respuesta.
Con diligencia, fue al piso superior para aporrear la puerta de su primo y preguntarle sobre el paradero del esclavo. Si él no sabía dónde estaba, entonces ya sí se preocuparía en demasía. En su interior, en realidad, quería encontrar a ZheHan para comprobar que no le hubiera pasado algo malo.
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𝑇𝑈 𝐸𝑆𝐶𝐿𝐴𝑉𝑂 | (Yizhan/Zhanyi) | Terminada
Fanfiction- Yo te compré. ¡¿Qué crees que estás haciendo?! - Me compró para su satisfacción - sonrió de lado mientras bajaba su ropa interior. - Pues bien, haré que lo disfrute, amo. ____________________________________________________ * Contenido +18. * Époc...