Epílogo.

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— Piensa ahogar a Yibo en el río. Va a aprovechar la crecida, cuando la corriente lleva más agua, para matarlo. 

— Entonces debemos encontrarlo antes de que lo haga. 

— Mm. Iremos a su casa ahora mismo.

— Ya será tarde — intervino Fei. — Si vais a su mansión ya no lo hallaréis allí. 

— ¿Qué más sabes, víbora? 

— .... En la conversación... también oí que realizarían el plan al mediodía. 

— Mediodía — repitió el azabache con temor al darse cuenta que faltaban escasos treinta minutos. — Debemos darnos prisa.

— Sí. ¿Pero dónde lo buscaremos? El río es muy largo. 

— Ya, pero nosotros nos hemos criado junto a él y lo sabemos todo acerca de su comportamiento. A-Jun, recuerda que la profundidad de las aguas como mucho le llegaría a una persona adulta por los hombros, y eso en tiempos de crecida.... Solo hay un lugar donde el lecho fluvial es tan hondo como para ser la causa del ahogamiento de alguien. 

— .... Junto a la presa de castores — afirmó tras reflexionar.

— Exacto.

— Entonces no perdamos más tiempo. Que seis hombres vengan con nosotros y otros dos se queden aquí vigilando a esta serpiente.

— Pero... yo... yo soy libre. ¡Os he contado todo lo que sé!

— ¿Libre? ¿Después de lo que has hecho?.... No. Tú mereces algo peor que la muerte — comentó Zhan.

— ¿Qu... qué?! ¡Prometiste dejarme marchar!

— No. Juré perdonarte la traición y no matarte. Sin embargo, tienes cuentas pendientes con otra persona... y ella sí que no te disculpará nunca.... ¿O acaso no recuerdas el daño que le has infringido a A-Zi? — susurró al lado de su oído, haciendo temblar a la joven de miedo. 

— Déjenmela a mí — dijo de repente una voz desde la entrada del cuarto. 

— A-Zi, es mejor que descanses — le sugirió Jun.

— ¿Descansar? ¿Para qué? ¿Para esperar a que la asquerosa asesina de mi hijo consiga escaparse de cualquier modo? Lo siento, pero no me fio de ninguna serpiente... ya que son escurridizas. Y viendo que ahora no tiene ninguna salida, aprovecharé para vengar todo el dolor que nos ha causado — explicó mirando de manera temible a Fei. — Vosotros id a por Yibo. Traiganlo de vuelta. Yo me encargaré de ella. 

Todos los presentes quedaron anonadados por la fuerza que Jin Zi reflejaba. Tan solo había pasado medio día desde una operación dificultosa y casi ni una hora desde que se enteró de la pérdida de su bebé. No obstante, en esos momentos, parecía tener más vitalidad que nadie. Quizá sea la energía de la venganza o de la tristeza, pero algo estaba claro..., Fei iba a sufrir lo que jamás sufrió. 

— De acuerdo — asintió Xiao. — Vosotros dos quedaos con ellas y obedeced a A-Zi en todo lo que mande. Sea cual sea la orden. ¿Entendido? 

— Sí, señor — respondieron ambos hombres sin ninguna duda. Ahora todos descubrieron la maldad que escondía la chica, así que apoyarían a sus superiores en cualquier cosa con tal de hacerla pagar. 

— Bien. El resto vendréis con nosotros.... Vamos a rescatar a Yibo. 

Sin necesidad de esperar más, el grupo de 6 guardias junto a Zhan y Jun se encaminaron hacia la salida. La presa de castores no estaba muy lejos de su propiedad pero, aún así, llegarían casi a lo justo. El tiempo se les echaba encima... y los nervios también.

𝑇𝑈 𝐸𝑆𝐶𝐿𝐴𝑉𝑂 | (Yizhan/Zhanyi) | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora