Capítulo XXXIX.

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— A-Zhan..., deberías dormir un poco — dijo el castaño sintiendo como el cuerpo del nombrado se tuvo que apoyar en su costado para no caerse del agotamiento.

— Mn — negó con la cabeza, gastando las pocas fuerzas que aún conservaba. — Necesito pensar en cómo solucionar todos los problemas lo más rápido posible.... Deseo vivir en paz de una buena vez..., vivir en paz... a tu lado — murmuró más bajo, notando sus párpados pesados y como la somnolencia le invadía.

El corazón de Yibo latió más ligero y fuerte ante esa dulce declaración. Él también anhelaba lo mismo, pensando en un futuro junto al azabache y su hermosa sonrisa. Era adicto a ella, por lo que no verla le causaba un dolor constante en el pecho..., peor incluso que un puñal clavado en su músculo vital. Sin embargo, sabía que tenían que ir despacio. No cometerían los mismos fallos, no tomarían decisiones apresuradas.... Se conocerían profundamente, se ayudarían en lo que fuera y se defenderían el uno al otro.

— No intentes correr más de lo que puedes, Zhannie. Ahora mismo estás cansado y tu cuerpo te pide reposar.... Cuando lo hagas..., seguro que tu mente encuentra más veloz las soluciones y está más despejada.... Prométeme que iremos paso a paso..., no dando zancadas como antes. ¿De acuerdo?

— .... Mm. Te lo prometo..., A-Yi — respondió dejando su cabeza en el hombro del castaño. Éste le transmitía una tranquilidad y una seguridad casi olvidada. El menor era su refugio, un lugar donde calentarse y descansar sin preocuparse por nada.

Xiao Zhan sonrió levemente, de manera casi imperceptible, al volver a descubrir esa emoción perdida dentro de él. Recordó los buenos momentos, aquellos que pasó con el contrario y que guardaría como preciados tesoros en el interior de su alma: Ellos en el río, jugando con el agua y molestando a Gong Jun quien solía llevarse un libro para leer. Ellos en el bosque, paseando tomados de la mano y disfrutando del aire con olor a abeto. Ellos en la oscuridad de la habitación, besándose y amándose sin medidas y sin arrepentimientos. 

Entonces, como si el príncipe también hubiera hecho ese recorrido por los recuerdos, se atrevió a preguntar una cuestión... que más bien era un deseo. 

— A-Zhan..., ese día, cuando caminábamos por el bosque..., lo que dijiste... ¿aún piensas hacerlo?  — tras formularla, el azabache se quedó callado, rememorando aquella tarde. 

Flashback

Las risas de ambos jóvenes cortaban el viento con grandiosa belleza y armonía. Estas, acompañadas de los pájaros cantores, componían la canción perfecta, una canción que solo ellos escuchaban y que no compartirían con nadie. En realidad, no necesitaban a nadie más, solamente los dos en esa burbuja de encanto y felicidad. 

Sus manos agarradas simbolizaban que no tenían miedo de mostrarse ante la vegetación y la fauna silvestre. Un terror que sí aparecía cuando de hacerlo en presencia de otros se referían. Los dos odiaban la mentalidad general de las personas, las cuales consideraban extraño y malvado lo que no podían entender... o no querían comprender. El amor entre personas del mismo sexo era considerado tabú, y no solo eso, sino además deshonroso y repugnante.... Una idea que debía cambiar. 

— A-Zhan, ¿tú tienes algún sueño por cumplir? — cuestionó el castaño inmerso en la vista de sus dedos entrelazados. 

— Sí. ¿Y tú?

— Mm. También.... Aunque ya no sé si es mi sueño o no, así que más vale decir que tenía uno. 

— ¿Por qué? ¿Cuál era ese sueño? 

— Yo... deseaba construir un barco.

𝑇𝑈 𝐸𝑆𝐶𝐿𝐴𝑉𝑂 | (Yizhan/Zhanyi) | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora