Un mes después
Yibo se había despertado esa mañana con un mal presentimiento. Por la noche, no pudo conciliar el sueño hasta entrada la madrugada y, una maldita pesadilla, le hizo sentarse en el cama rápidamente. Su corazón estaba acelerado y su frente sudaba frío.Le costó unos segundos localizarse en el espacio, entendiendo que estaba en su cuarto al ver las sábanas sobre él y el armario con su ropa. Aunque en realidad no sabía si llamarla "suya" o no ya que, todo lo que había allí dentro y lo que estaba sobre la mesa, eran regalos que Zhan le fue dando desde el momento en el que se hicieron novios. Si el azabache notaba que algo era de su interés, al día siguiente - o incluso esa misma tarde - el menor lo tenía en su poder.
No dudaba que fue muy atento, cariñoso y halagador pero..., ¿qué eran unos presentes al lado de quebrantar su amor?
Continuaba enfadado, molesto por todo. Sin embargo, en ocasiones reflexionaba y lamentaba haber hablado de una manera tan severa o dura. Ver esas lágrimas cristalinas y densas en los pómulos de Xiao le apuñaló con algún arma punzante. Quizás se lo tenía merecido... pero se castigaba mentalmente en su interior por haber tocado temas que pudieron causarle aún más daño.
Ahora que echaba la vista atrás..., se sentía mal por reprocharle que su pasado fue más desastroso que el suyo sin ni siquiera saber cuál era. Lo mismo el mayor estaba exagerando y no sufrió tanto pero... ¿y si de verdad ocurrió algo tan malo que le hizo ser así, ser un maldito hijo de puta con todos?
No podía hacerse una idea de hasta qué punto le afectó esas acciones pasadas. No obstante, una espina en su corazón le advertía que no pensara en ello. No quería saber nada más del pelinegro... y así sería.
O al menos lo fue hasta que se preparó y salió de la habitación.
Tras hacer la cama, cambiarse de ropa y rezar a los dioses para que cuidasen de sus familiares estuvieran donde estuvieran y siguieran vivos o no, abandonó la estancia rumbo a buscar a ZheHan. Primero quería comentarle el extraño sueño que tuvo y, lo segundo, era pedirle alguna tarea que hacer. Por mucho que Zhan siempre le pidiera que no trabajase en la casa, Yibo siempre intentaba ayudar. Se sentía improductivo si se quedaba descansando o solo yendo al río.
Al principio su búsqueda fue difícil. No sólo porque no encontraba al chico..., sino porque no encontraba a absolutamente nadie. No había ni una sola alma en la mansión: ni en la cocina, ni en los patios, ni en el salón....
Todo era muy raro y, por unos instantes, el príncipe creyó que seguía durmiendo. Tal vez su sueño continuaba y aquello era una invención de la imaginación. Pero no. Descubrió que estaba despierto y consciente cuando vio a su amigo y a Jun girando una esquina. Al verse, los tres se acercaron: uno apenado, otro confuso y el tercero bastante triste.
— Buenos días — saludó el castaño con una leve sonrisa.
— Buenos días — respondieron los demás, aunque se notaba las pocas ganas de hablar por parte de Gong.
— ¿Por qué está todo tan vacío? No he visto a nadie desde que salí de mi cuarto.
— Íbamos justamente a llamarte — comentó Han, mirando preocupado y por el rabillo del ojo al primo de su amo.
— ¿Qué ha pasado?
— Bueno..., digamos que hoy no es un buen día — respondió con cautela.
— ¿Por qué? — los ojos acuosos de Jun y la indecisión de ZheHan puso de los nervios a Yibo. En su mente solo aparecía la idea de que algo terrible sucedió..., ¿algo relativo a Zhan?
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𝑇𝑈 𝐸𝑆𝐶𝐿𝐴𝑉𝑂 | (Yizhan/Zhanyi) | Terminada
Fanfiction- Yo te compré. ¡¿Qué crees que estás haciendo?! - Me compró para su satisfacción - sonrió de lado mientras bajaba su ropa interior. - Pues bien, haré que lo disfrute, amo. ____________________________________________________ * Contenido +18. * Époc...