Capítulo XLIX.

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— Mm. ¿En... entonces... qué haremos? — preguntó con decisión en las últimas palabras. 

— Primero debemos pensar en la situación y analizarla. Si tenemos en cuenta lo que ha ocurrido con A-Zi, es bastante probable, por no decir que es 100% posible, que esté conectado con la desaparición de Yibo. 

— Cierto. Yo también pensé lo mismo cuando ella me avisó de que A-Yi estaba en peligro.... Esto me recuerda.... ¿Cómo está A-Zi? Dime que está a salvo, por favor — pidió con mucha preocupación. 

— .... Mm — asintió tras unos segundos de reflexión. — Ella está fuera de riesgo. Perdió mucha sangre pero afortunadamente el doctor la trató a tiempo. El hemostático ha sido su salvación. 

— Menos mal — suspiró más calmado. Sin embargo, no conocía un dato que Jun prefería contarle después. Sabía que si lo soltaba, la tristeza del pelinegro regresaría y no podría centrarse en el tema que conversaban. Luego le diría toda la verdad, ahora debían pensar en el castaño. 

— Sí. Es un alivio.... Además, Jin Zi podrá decirnos quien la atacó. Así podremos conocer la identidad de ese malnacido o esa malnacida. 

— Yo creo que ya sé quien es esa persona sin necesidad que A-Zi nos lo diga — comentó Zhan.

— ¿Enserio? ¿Quién?

— No es difícil de deducir. Claramente estamos hablando del perro de Wen Dong. Él siempre ha buscado mi ruina y mi dolor. Ayer mismo dijo que la felicidad puede mancillarse en cualquier momento.... Si hay algún culpable de lo sucedido con Zi o con Yibo... es él sin lugar a dudas.

— Sí. Tienes razón. Pienso igual que tú, primo. No obstante, aunque seguro que Wen es el cabecilla de todo, también debemos pensar en sus aliados. 

— ¿Aliados? 

— Exacto, aliados. Primeramente, ¿cómo se enteró él de que Yiyi es muy especial para ti? Segundo, ¿cómo pudo apuñalar a Jin Zi o secuestrar a Yibo cuando nadie lo ha visto por los alrededores? 

— No sabemos sí él estuvo aquí o...

— No, no lo estuvo — negó con firmeza. — He hablado con cada uno de los guardias y ninguno lo vio. Es más, nuestros hombres de más confianza, los cuales estuvieron a cargo de la vigilancia de la entrada principal, me han confirmado que Dong no se apareció en ningún instante.... Si contamos con ello..., ese ingrato tiene a alguien infiltrado aquí, Zhan. Alguien que le pasa información y ejecuta sus órdenes desde dentro. 

— .... Por eso sabía de mi relación con Bodi, cuándo estoy o no estoy en la casa y cómo debe actuar en cada situación. 

— Eso es. El maldito iba siempre con un paso de ventaja. 

— ¿Quién entró o salió de la mansión ayer? ¿Le preguntaste eso también a los guardias?

— .... Mm. Les pregunté — contestó con cierto cuidado en la voz.

— ¿Y?

— Ayer... solo una persona salió y nadie ingresó hasta nuestra llegada.... Por lo tanto el o la espía sigue aquí, en la casa. 

— ¿Por qué? La persona que salió puede ser el infiltrado.

— No. Eso es imposible.

— ¿Por qué? Él o ella debe ser el responsable de lo que ha pasado. 

— He dicho que es imposible, Zhan. Esa persona en la vida pudo apuñalar a A-Zi y secuestrar a Yibo.

— ¡¿Por qué?!

— ¡Por qué fue el mismo Yibo quien salió! — explicó sin aguantar más el secreto. Ninguno estuvo de acuerdo en decirle al azabache ya que empeoraría sí o sí su estado de salud. Pero tampoco podían ocultarle cosas cuando él era el mayor implicado y al que más sufrimiento le causaba aquel hecho. Gong se sentía fatal... y ese sentimiento aumentó cuando la expresión de dolor y confusión transformó el rostro de su familiar.

𝑇𝑈 𝐸𝑆𝐶𝐿𝐴𝑉𝑂 | (Yizhan/Zhanyi) | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora