Los vecinos de enfrente (parte 9)

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Sin embargo, las cosas darían un giro de 360 grados cuando, aproximadamente a las 2 de la madrugada escuchas un escándalo afuera de tu casa y te llega el alarmante olor a humo. Por unos pequeños momentos, con un pánico creciente en tu corazón, crees que estás atrapado en medio de un incendio, pero rápidamente caes en cuenta de que no es así. Miras por la ventana de tu cuarto que está abierta y, con asombro y preocupación, observas como la casa de Laura está ardiendo y todos tus vecinos intentan desesperadamente apagar el fuego con baldados de agua, pero no hay mucho que hacer más qué esperar la llegada de los bomberos.

Sales corriendo para ver si puedes ayudar en algo, pero cualquier intento sería totalmente inútil. Desesperadamente miras hacía todas partes en busca de Laura, pero no la ves entre tus vecinos. Pero a quién sí logras observar es a Juanes al lado de la policía. Vas hacía ellos y la agente es la primera en hablar:

- Ya llamaron a emergencias, no deben tardar en llegar.

- ¿Saben de Laura? ¿Cómo paso? – preguntas, evidentemente preocupado

- ¡Mierda! – exclama Juanes - ¿No logró salir?

- No lo sé, no la logré ver. Su carro sigue estacionado.

- Vida hijueputa, solo espero que cuando los bomberos lleguen no esté carbonizada – dice la oficial, mirando nuevamente hacía el incendio.

Te enteras, durante la mañana siguiente, que el fuego empezó poco antes de despertarte durante la madrugada de ese mismo día. Daniel, un psiquiatra quién volvía tarde de una reunión con unos compañeros del trabajo, se topó con el incendio que apenas estaba iniciándose en el segundo piso antes de esparcirse por el resto de la casa. Llamó inmediatamente a los bomberos y de a poco los vecinos empezaron a amontonarse sin atreverse a entrar para ver sí podían salvar a Laura. Era como si hubiese una barrera invisible que les impedía siquiera pensar en entrar a ayudar.

Llegaron 5 minutos después, cuando el intenso fuego ya estaba consumiendo lentamente la casa. Un par de bomberos entraron en un intento de buscar gente que pudiesen salvar, pero salieron con las manos vacías. Lograron apagar el fuego, pero ya era demasiado tarde, no se pudo salvar absolutamente nada de la casa. Cuando no hubo peligro alguno, llamaron a las respectivas autoridades para el inicio de la investigación.

Se determinó que el fuego fue provocado en el segundo piso debido a un gran rastro de gasolina que bajaba por las escaleras hasta la cocina. Fue gracias a la rápida llamada de Daniel y la reacción inmediata de los bomberos al llegar qué de milagro, no hubo explosión. Todos los objetos de valor, libros, ropa y electrodomésticos quedaron carbonizados, no se logró salvar nada.

Pero, a pesar de la interminable búsqueda posterior, no se encontró ninguna señal de Laura. No había cadáver, así que todavía había muchas esperanzas de que estuviese todavía con vida. Además, el contenedor usado para esparcir el líquido inflamable no fue encontrado, así que se manejaban dos opciones siendo estas las más lógicas: o fue consumido por el fuego, o Laura se lo llevó para un destino desconocido. Sin embargo, esta última alternativa podría ser desmentida totalmente sí se tenía en cuenta su auto el cuál seguía estacionado. A no ser, claramente que no supiese manejar.

Las cámaras de seguridad, tal y como sucedió en la primera investigación en la búsqueda de Daniela, no arrojaron absolutamente nada que ya no se supiese. Se mostraba el momento exacto en el que el incendio inició, pero no mostraron a Laura salir de su casa. Javier tampoco vio absolutamente nada, aunque tú y Juanes saben que oculta algo, lo sospechan demasiado y sienten que está mintiendo en cada una de sus declaraciones, pero no comentan nada.

La policía buscó nuevamente sospechosos que nunca encontró en ningún lado. Laura, en sus últimos días de vida, se convirtió en una mujer demasiado solitaria, había cortado contacto con todas las personas que antes se interrogaron cuando su hija desapareció misteriosamente. Se logró demostrar que con las últimas personas con las que habló o tuvo algún tipo de comunicación fueron Juanes, Javier y tú. Javier mencionó que no le dijo nada realmente importante, solo qué le agradecía haber cuidado de su casa cuando estuvieron de viaje ya por el lejano mes de diciembre, pero nada más. Juanes y tú les dijeron qué les agradeció por haber sido tan amables el día el cual encontraron a su esposo muerto sin comentar la rara experiencia tenida la tarde anterior al incendio. Fue una especie de común acuerdo silencioso el no decir nada acerca de su raro comportamiento, se sentían casi en la obligación de no comentarlo, a pesar que podría ser de gran ayuda para llegar al fondo de toda esa mierda.

Nunca se logró solucionar el caso, sobre todo por lafalta de pruebas. Además de saberse donde se originó el fuego y el tipo delíquido inflamable que se usó, no se logró encontrar absolutamente nada más.Cero sospechosos, ninguna causa, no carta de despedida o suicidio, podríadecirse que todo se hizo porque sí. A Laura se le declaró como desaparecida,pero nadie hizo el esfuerzo por buscarla, ella de a poco empezaba a serolvidada, y no solo únicamente hablando de manera metafórica

la oscuridad detrás de la puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora