Recuerdos de la cuarentena, la historia que casi nadie quiso contar

45 4 0
                                    


Lo primero que pude notar en la zona de la piscina, fue que alguien había estado allí por las huellas con barro que estaban en el borde de la misma, algo que me pareció bastante anormal, teniendo en cuenta de que solo allí estaban ubicadas. O eso suponía yo, por lo que llamé a mis compañeros por la radio para afirmar lo que pensaba, y ellos me dijeron que aún no veían nada fuera de lo común, por lo que pensé que tal vez Tom pasó por aquí, pero no tenía pruebas de nada. Las huellas que te menciono, iban en círculo, por lo que es obvio que no me llevaron a ningún lado. Me paré a pensar en posibles teorías de lo que pudo haber pasado, luego de que viese al hombre de negro. Tenía un amigo desaparecido y una leyenda urbana detrás. Ahora que recordaba, Tom tenía un hermano mayor viviendo cerca de su apartamento, así que se me ocurrió una idea. Si en los ya mencionados 40 minutos de búsqueda no encontrábamos nada, en vez de pedir ayuda a la policía, llamaríamos a su familiar desde el teléfono de Tom o investigaríamos desde las cámaras de seguridad, algo que se nos había pasado por alto en un principio.

Antes de poder retomar con mi búsqueda, pude ver algo en los juegos infantiles, algo que parecía ser un cuerpo humano. Corrí hacía él, y pude notar que era mi compañero inconsciente. No tenía ninguna marca que indicase que estaba herido, ni sangre alrededor. Solo parecía estar dormido, no sabía desde hace cuánto tiempo. Aún respiraba, y eso me tranquilizó bastante, quitándome un peso de encima. Llamé a los otros dos, y en menos de 3 minutos, todos estábamos alrededor de Tom intentando despertarlo. Lentamente separó sus parpados, y nos miró directamente a los ojos de cada uno de nosotros, tratando de procesar el porque estaba allí acostado con sus compañeros de trabajo a su alrededor. Se levantó con un poco de ayuda y mientras intentábamos mantenerlo de pie, nos preguntó:

- ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegue hasta acá?

- ¿No te acuerdas de nada? – preguntó Sebastián

- Yo... no lo sé... ni siquiera se que día es.

- Amigo, estamos ya a lunes – mencioné yo

- ¿lunes? - esto lo dijo con algo de aturdimiento en la voz

- Sí, lunes. ¿nos quieres contar que fue lo que pasó? – dijo Andrew

- Necesito tomar algo, vamos a la caseta de vigilancia.

Estando ya en la caseta, esperamos a que Tom estuviese tranquilo y tomase el agua que le habíamos dado. Se le notaba pensativo y algo distraído, como sí nos estuviese ocultando algo. Sobando sus ojos, nos volvió a decir lo que ya sabíamos por el audio que nos mandó antes, pero incluyendo lo que sucedió después de hacerlo. Poco tiempo después de que mi llamada, decidió escuchar música en su celular y trató de dormir para olvidar lo que vio hace unos instantes. En las cámaras no veía nada extraño, así que no iba a desaprovechar esa oportunidad de descansar.

No recuerda cuando tiempo pasó, pero algo lo despertó y se encontraba en silencio, la música se había detenido. Se dio cuenta poco después, que se debía a que su celular se quedó sin batería, así que sacó su cargador de la maleta y lo conectó. Nos comentaba que en esos momentos se sentía bastante mal de por medio. No podía controlar sus manos que temblaban sin parar, y su corazón estaba dándole problemas por sus rápidos latidos. Tenía un ataque de ansiedad sin motivo alguno. Miró a todas partes incluyendo el monitor, pero no había nada ni nadie que causase eso. Se sentía acompañado por alguien, y no lo podía ver. Lo siguiente que recuerda es haber prendido y puesto su celular dentro de su maleta y salir sin ella para explorar la zona, asegurando que estaba siendo atraído por algo que le decía que fuese a donde el o ella dijera. Después, despertó con la ayuda de nosotros, por lo que se le hacía difícil recordar mucho más.

Unos minutos después, mientras estaba totalmente callado mirando hacía la nada, de repente nos dijo que quería irse a descansar a su apartamento, y antes de poder ofrecernos a llevarlo, se levantó rápidamente, cogió sus cosas y al intentar seguirlo, bastantes preocupados por el repentino cambio de personalidad, se subió a su auto y se alejó a la distancia. Sebastián y yo nos montamos a nuestros respectivos vehículos, y le empezamos a seguir en un intento de saber que le había hecho reaccionar de tal manera, hasta que en una impresionante maniobra que nos distrajo a ambos, se nos perdió de vista y no supimos hacía donde pudo coger.

Impresionados y estupefactos, llamamos a Andrew para contarle lo que acababa de suceder, y el nos recomendó que era mejor dejarlo solo por un tiempo porque tal vez así lo necesitase, y esa misma noche, él y yo iríamos a verlo para ver que todo estuviese bien, por lo que cogimos nuestro camino de regreso a casa sin saber lo que vendría a continuación.

Eran casi las 6 de la tarde cuando recibí una llamada de un número que no tenía registrado. Al contestar, era un hombre quien me hablaba del otro lado de la línea. Decía ser el hermano mayor de Tom, y tenía una muy mala noticia: estaba muerto. El decidió ir a visitarle, y al ver que no abría su departamento, llamó al conserje y con su ayuda, entraron, encontrando su cadáver tirado en el piso con las venas cortadas. La sangre estaba seca, por lo que se supuso que llevaba horas ya de haber fallecido. El alma se me cayó al suelo, y pregunté sí había dejado una nota que indicase él por que de lo que hizo y si mis compañeros ya lo sabían. No, y sí. Después de llamar a la policía, ellos estuvieron buscando y barriendo por todo el lugar, encontrando todo en orden. No había nota ni indicios de las razones por las que decidió quitarse del medio. Solo encontraron el cuchillo con el que se corto las venas. Yo fui el último al que llamó, y me confesó que el había estado preguntando a sus amigos más cercanos sí sabían algo, y todos le dijeron que no, por lo que la sorpresa era igual de grande para todos. Le dije que yo tampoco sabía nada, ocultando el suceso que había experimentado con el hombre sombra, para no verme como un imbécil que se burlaba del fallecimiento de uno de los pocos familiares que tenía en la ciudad y de uno de mis mejores amigos. Me dolió el saber que fui una de las últimas personas en verlo con vida, y mucho más el saber que no pude hacer mucho para evitar su muerte. Sabía que su muerte estaba relacionada con el hombre sombra, y eso lo guarde durante junto a mis demás compañeros hasta el día de hoy. No se ellos que te vayan a contar, pero esta es mi versión de los hechos.

Días después, cuando los casos de coronavirus empezaron a controlarse por un corto periodo de tiempo, Sebastián, Andrew, su hermano y yo fuimos los únicos en ir. Nos agradeció por haber sido los únicos amigos de Tom y nos dijo que le hablaba mucho de nosotros y de todas las cosas que hacíamos. Ninguno le dijo lo que posiblemente lo llevó a cometer tal acto y era mejor así, por respeto a nuestro amigo que en paz descanse. El entierro fue bastante triste y desolador. Un frío y lluvioso día de agosto fue la última vez en la que pudimos decirle adiós. Ese ha sido uno de los peores días que he tenido en mi vida.

No se si habrá sido por una mera coincidencia, pero el hombre de negro dejó de aparecer, como sí haberse llevado el alma de Tom haya saciado su hambre de almas humanas. El jefe contrató a otro chico, y aprendió bastante rápido sobre como se debían de hacer las cosas como un guardia de seguridad.

A pesar de que las cosas ahora sí se habían calmado, y a pesar de que yo no lo vi por ningún lado, sigo sintiendo miedo cada vez que recuerdo lo que viví durante esos días, y agradezco jamás haberme topado con la muerte como lo hicieron aquellas personas quienes se cruzaron con la muerte disfrazada. 

la oscuridad detrás de la puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora