la oscuridad detrás de la puerta

el lado oscuro del amor (parte 2 y 3)

Él comía y degustaba muy satisfactoriamente lo que Daniela le había preparado de comer. Se habían conocido apenas hace algunos meses en una clase de la universidad y cuando se empezaron a hablar, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Sus amigos le habían insistido en que ella era una psicópata, pero al no tener prueba alguna, simplemente no les había hecho caso. Solo porque ella se la pasaba sola la mayoría del tempo no la convertía en paciente psiquiátrica.

En todo ese tiempo estuvieron saliendo a cine, a comer, pasear por el parque, estudiando juntos e incluso en varias ocasiones estuvieron durmiendo en la casa del otro. El amor se respiraba en él aire.

No entendía porque la tildaban de loca si era una mujer realmente dulce y hermosa. A pesar de su físico, se le hizo extraño que nadie se le acercase a hablare ni lo más mínimo, pero eso fue algo que no consideró importarte como para no acercarse a hablarle aquel día.

- ¿sabes? – dijo Eduardo – mis amigos decían que eras una loca, pero veo que estaban equivocados, eres dulce y una de las mujeres mas bellas que he conocido en mi vida.

- Gracias, de verdad que fue un milagro el haberte conocido.

- Si, pienso lo mismo. – respondió momentos antes de empezar a sentirse adormecido. – me esta dando un sueño terrible. ¿Podemos acostarnos un rato?

- Claro. Vamos a mi cuarto.

Daniela le ayudó a levantarse apenas conteniendo su sonrisa de felicidad. El veneno que le puso en la comida ya estaba surgiendo efecto. Era la 5 victima en 3 meses, y la primera en la universidad que caía en sus encantos. Al parecer ese tonto nunca había leído los periódicos o visto las noticias en las que era sospechosa de varios asesinatos.

Un "te amo" fue lo último que escuchó de él, y en vez de sentir una tristeza creciendo dentro de ella, empezó a sentir un pánico casi incontrolable naciendo desde lo más profundo de su corazón. Todo sería distinto sí aquellas 2 palabras tan tiernas no hubiesen salido de los labios de un frío cadáver.