primer día en la morgue

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Primer día trabajando en la morgue y Camilo no podría estar más que emocionado. Sus nervios habían sido reemplazados por una felicidad más que evidente, estaba por cumplir su sueño de ser médico forense, como lo habían sido su abuelo, 2 de sus tíos y su padre.

Luego de que el médico jefe de turno le explicase cada uno de los procedimientos y el funcionamiento de cada una de las máquinas, lo dejo solo en aquel grande y silencioso lugar, era hora de empezar a trabajar.

Fue a su pequeño escritorio para revisar algunos archivos para ver donde podría empezar cuando una voz llamo su atención. Era de un niño de unos 7 años cantando una canción infantil que el ya conocía desde que tenía memoria: "un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña..."

Extrañado, se dirigió al lugar donde creía escuchar al niño, el cual era específicamente los cajones con los cuerpos. Como era de esperarse, se encontraba totalmente solo. Lo tomo solo como un producto de su imaginación emocionada y volvió a su escritorio para ahora si empezar a revisar los archivos.

A los 15 minutos, con el suceso casi olvidado, se topó con un expediente que hizo que la piel se le pusiera de gallina, era el de un infante de 7 años que había muerto el día anterior en la fiesta de cumpleaños de un amigo por un ataque de asma mal controlado. Se llevaba muy bien con los infantes, y saber qué entre los cuerpos allí presentes era él de un niño inocente, le consternó. Es entonces cuando antes de darse cuenta, estaba en frente del cajón donde se había puesto el cadáver, para después abrirlo dejando a la vista al inocente niño pálido y sin vida que a su corta edad no había alcanzado a vivir lo que él destino le tenía preparado. A camilo el corazón se le apretujó, y decidió que empezaría con este caso para que su familia pudiese darse una sepultura más rápidamente.

Se lavo cuidadosamente las manos y fue por sus herramientas, cuando la misma voz que había escuchado antes volvió a cantar: "un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña..."

Dejando caer todas las cosas, volvió corriendo donde estaba el niño y lo vio sentado sobre la mesa de autopsias, cuando recordaba nunca haberlo puesto en esa posición. Antes de poder reaccionar, aquel infante volteó y con una escalofriante sonrisa y viéndolo con unos ojos vacíos de vida le dijo:

- Un mal día para ir a una fiesta. ¿no? 

la oscuridad detrás de la puertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora