"El sonido de la guitarra eléctrica, rosó mis sentidos, y entre las luces y el humo, apareció su silueta... aún a esa distancia pude sentirlo; la magia de ese hombre se percibía incluso en sus hermosos ojos rojos; melancólicos y fríos, pero tan radiantes como sus cabellos mismos."
Repentinamente, las luces del lugar se apagaron, y vino un silencio acompañado de una ola de gritos más fuertes que los anteriores.
—Yagami Iori.
[...]
Las calles que rodeaban el gran auditorio se llenaron de personas cuando el reloj marcó las 11:00 de la noche. Una gran multitud se abría paso en medio de ruidosas y emotivas conversaciones que se escuchaban como susurros cuando alcanzaban los sentidos de aquella joven de mirada inexpresiva, quién se quedó un largo rato mirando el cielo inundado en estrellas brillantes.
La gran mayoría de la audiencia eran jóvenes mujeres quienes hablaban sobre esto y aquello llenando de halagos al idol que se presentó esa noche; aun cuando la música del artista, era bastante ruidosa y agresiva, fue sorprendente la devoción del público.
—¿Has disfrutado del show? Sunem-sama.
La sombra de Aya apareció tan solo con el propósito de escoltar a la joven distraída hacia el auto que la esperaba. Era una mujer responsable con sus obligaciones, pero demasiado llamativa con ese corto cabello castaño y el vestuario formal oscuro.
—Sí, mucho.
—Esas son buenas noticias entonces. Y sobre esa persona... ¿le has conocido?
Sunem no pudo responder inmediatamente, porque justo cuando el lugar parecía haberse despejado un poco, su atención fue atrapada por el movimiento de una figura sobresaliente. El motor de una motocicleta se interpuso a cualquier otro ruido del lugar. Detrás del auditorio, los gritos de los fanáticos se detuvieron por un instante, estaban a la espera de la salida del Idol pelirrojo, pero la mujer que se estacionó a unos metros de la salida, ganó toda la atención con su inesperada aparición.
Era una hermosa mujer de movimientos elegantes, sus cabellos lisos caían sobre su pequeña espalda y poseían un brillo deslumbrante sublevando notablemente su sedosa naturaleza.
Sunem apenas podía parpadear ante tan noble presencia femenina, e Inconscientemente dio un paso al frente, pero Aya se interpuso, mirándola con gran reproche, estando segura de que sería imprudente cruzar siquiera la mirada con aquella mujer.
—Aya, esa mujer es Kagura Chizuru, ¿no es así? La sacerdotisa del templo Yata.
—Si.
No era este el mejor momento para hacer frente a aquellos a quienes habían observado bajo las sombras cautelosamente, pero sus miradas se habían encontrado. Sunem tuvo el deseo de dejar salir su voz, pero las circunstancias hicieron de Aya una mujer afortunada, cuando una voz masculina, distrajo a la sacerdotisa Kagura, sacando del radio de su mirada, la figura de aquellas desconocidas.
—¡Yagami!
Los gritos volvieron a potenciarse, porque era tan reconocido ese hombre, como la mujer que se presentó ante él.
—¿Qué le pasa a tu cara? Chizuru.
La sacerdotisa saludó con una inclinación llena de respeto, pero cuando levantó la cara, Aya y Sunem habían desaparecido habilidosamente sin dejar un solo rastro de su presencia.
—Justo ahora, en ese lugar...
Chizuru dirigió su mano derecha hacia el frente para señalar un espacio vacío. Yagami rio desinteresado. Si bien, frente a él estaba la mujer de las visiones, ahora no tenía energías para sus constantes preocupaciones. La sacerdotisa del templo Yata, tiene los sentidos agudos y la facilidad de encontrar cosas problemáticas. En realidad, Yagami sabía que era una de esas muchas cosas la razón de que ahora mismo estuviera frente a él. Había hecho todo el camino para llevarlo a una reunión desagradable, pero a la que no se atrevería a negarse, después de todo, "ese sujeto" también estaría ahí.
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Enlace De Sangre
FanfictionCuando un nuevo y misterioso torneo de KOF estaba a punto de ser anunciado, el comándate Heidern descubre que esta relacionado con la familia Bernstein, pero que no tiene que ver con Rose o Adelheid y comienza una investigación secreta, para descubr...