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Cuando Sunem terminó de recorrer el pasillo, se encontró con la entrada de un camerino bastante grande. No estaba familiarizada con el lugar, por eso esperó unos segundos antes de abrir con poca decisión. El lugar estaba completamente vacío, en el fondo se podía escuchar el sonido del bajo deteniéndose de golpe, cuando el ruido de la puerta atrajo la atención del sombrío pelirrojo. Sus miradas se encontraron directamente, pero ella se congeló inexplicablemente y con el silencio extendiéndose, Yagami volvió a mirar hacia su instrumento.

—No tienes nada de qué preocuparte, no voy a arruinarlo.

Repentinamente él fue el primero en abrir la boca. Incluso si su voz no pretendía ser agresiva, sus palabras lo eran en todo sentido.

—Aún hay un poco de tiempo, deberías descansar.

—¿Acaso no me escuchaste?

—No estoy sugiriéndotelo, es una orden.

Sunem fue incapaz de darle la cara luego de soltar palabras tan atrevidas, entonces el pelirrojo dejó el bajo sobre el asiento, para ponerse de pie.

—¿Estas amenazándome?

Hacia tan solo unos días que no era atacada por esos despiadados ojos rojos, pero perdió todo su lado combativo después de escuchar la historia de Kanoe, así que la seguridad se escapó de sus manos, pero Yagami no era consciente de ello.

—No has escuchado nada sobre mí, yo realmente tengo el poder de obligarte si es necesario.

—¡Ho~!

—Yo no comprendo las cosas que sucedieron entre tú y la chica que escribió esa canción, pero debes saber que probablemente ella estaría preocupada por ti. 

Yagami supuso con rapidez de donde provenía su interés por que tomará un descanso. No le quedó duda de que Kanoe había abierto la boca de más.

—Ese hermano tuyo...

Sunao no encontró sentido a sus repentinas palabras.

—Estaba sorprendido al verte, tu rostro estaba sonrojado. ¿Así que puedes sonreír?

—¿Qué?

—¿Ese hombre es en verdad tu hermano?

—¿Qué clase de pregunta es esa?

—¡Entonces compórtate como una hermana y no como una idiota!

Fue silenciada sin tener la oportunidad de decir algo más. Sunem podía afirmar que no debería hablarle tan libremente. Fue bastante claro que, si se atrevía a meterse en asuntos que no eran suyos, sería devorada a la menor de las provocaciones.

—Dormiré durante una hora, asegúrate de despertarme.

El pelirrojo se fue directo hacia uno de los sillones del lugar para recargarse sobre él respaldo.

No es como si ella tuviera una hora para desperdiciarla, pero si ese hombre estaba obedeciendo, pensó que asegurarse de que tan solo fuera una hora, era un trato justo.

El lugar se volvió silencioso, en las afueras la música viajaba libremente y en poco tiempo Yagami se había quedado dormido.

Ese hombre difícil no era consciente del efecto que tenía la belleza de su rostro, ni del de su perfecta figura atlética. Su abrigo rojo se deslizó descubriendo gran parte de su cuerpo. El escote en su pecho era habitual, pero lucía tan frágil con los ojos cerrados mientras respiraba profundamente. El pantalón negro ajustado remarcaba sus largas piernas. Aunque esta era la primera vez que lo veía tan de cerca, algo le resultó familiar. Creyó que podría ser el efecto de haber dormido en su cama. No era algo particularmente raro, pero se había sentido un poco tímida cuando lo recordaba. Tal vez tenía todo que ver con no ser capaz de recordar con claridad como hizo él, para llevarla ahí.

[...]

Esa noche la nueva versión de "Yuuhi no Tsuki" resonó en todo el lugar. Entre las luces y el brillo de las estrellas, la figura y la voz de Yagami, brillaron magníficamente. 

Sunem hizo su mejor esfuerzo para que la banda de Yagami cerrara el festival, razón por la que Kanoe tuvo el deseo de agradecerle en cuanto la presentación terminó. La chica a la que había malinterpretado desde la primera vez que la vio entrar en el estudio de Stardust, era mucho más que una simple productora.

La rubia hizo un gran recorrido en busca de la chica de cabellos negros por las grandes instalaciones cuando las luces se apagaron y el silencio se preparaba para gobernar. Fue difícil encontrarla porque el lugar estaba lleno de gente transitando. Al final, Sunem estaba sentada en las gradas de frente al escenario, mirando el desmontaje.

—Así que estabas aquí...

Sunem reaccionó cuando Kanoe apareció frente a ella en medio de todo el caos de los alrededores.

—Fue una gran actuación, felicidades.

—Todo es gracias a Yagami.

Sunem sonrió sin apartar la mirada de la rubia alta.

—Todos hicieron un gran trabajo. Dime Kanoe ¿Cuál será el futuro de la banda?

Aunque para la rubia la pregunta no era extraña porque se la había hecho a sí misma incontables veces. Fue un milagro volver a reunirlos, así que no lo sabía realmente.

—Ven conmigo a Tokyo. Kanoe puedes cantar libremente, bajo tus condiciones.

Una gran oferta estaba siendo puesta en sus manos por lo que le fue imposible responder inmediatamente. Tardó mucho tiempo en recobrarse de su inevitable shock que para cuando hubo vuelto a la realidad, fue obligada a retroceder por la repentina llegada de Yagami.

Sunem no pudo ser indiferente al verlo caminar directo hacia ella y, aunque no comprendía mucho de su actitud, su corazón se sintió conmocionado.

Yagami se acercó sorpresivamente, congelándole el  corazón al sentir sus labios tan próximos a su rostro. Y entonces las palabras que salieron de su voz grave, parecieron tan fugases qué no estaba segura de que fueran reales.

—Gracias.

Sintió un escalofrió cuando volteó solo para mirar la silueta del pelirrojo alejarse. No fue capaz de pensar con claridad, y todo lo sucedido, pareció más bien una broma de ese desvergonzado hombre. Esa era la despedida que ni siquiera planeó, pero a la que habían llegado inevitablemente.

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