La velocidad sobre una motocicleta era algo que Sunem jamás experimentó antes. Avanzando entre las luces de los autos, fue obligada a sostenerse de la torneada y ancha espalda de un descendiente de los Kusanagi. La calidez en su cuerpo atlético se sentía asombrosa, aun cuando el aire golpeaba su ligero cuerpo.
El suelo estaba mojado por los causes que dejó atrás la lluvia; el agua se elevaba con el paso de los neumáticos y la brisa rosaba delicadamente su suave piel.
Terminó abandonando aquel lugar perdiendo la oportunidad de encontrarse personalmente con Asamiya, pero en tales circunstancias, no debería ser descuidada; poco sabía de los efectos que tendría acercarse a ella y con Heidern vigilando, tal vez, se hallaría en desventaja.
—No puedo creer que me fui así como así.
Sunem apenas alcanzo a escuchar la murmurante voz de Kusanagi.
—Es en esa dirección.
Ella se limitó a revelarle el camino por el que deberían seguir. En un principio, Kyo no tenía claro lo que debería hacer, y terminó por ofrecerse a llevarla a su casa. Sunem continuaba diciendo que no era nada grave lo de su brazo, pero Kusanagi no estaba dispuesto a escucharla mientras era tan testaruda.
—¿Había un lugar así en la ciudad?
Kyo se abrió paso a pesar del tráfico, rebasando a los autos con facilidad. Las luces de las calles iluminaban el camino cuando el cielo finalmente oscureció.
—¿Has vivido aquí todo el tiempo?
—No... Llegué esta tarde.
—Ya veo, ¿entonces planeas quedarte aquí mucho tiempo?
Sunen sonrió discretamente. Las capacidades de ese joven para la conversación eran iguales a sus acciones.
—No, me iré pronto.
—Así que será de esa forma... ¿a dónde iras?
—Osaka.
Los ojos del castaño brillaron por su asombro. Tenía que existir una gran coincidencia para que ambos estuvieran destinados a viajar hacia un mismo lugar, sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar sobre ello, porque fue obligado a detener la motocicleta repentinamente.
Una mujer de cabellos rubios y egoístas ojos claros, le bloqueó el paso con su arrogante figura. Muy segura de que lo obligaría a detenerse y desde luego, no se equivocaba. Kyo frenó confundido. Sí los brazos de Sunem hubieran estado en perfectas condiciones, no había terminado con la cara colisionada en esa dura y torneada espalda.
—¡Frey!
La rubia de personalidad perceptiva sonreía abiertamente. Entonces Sunem se asomó para mirar con discreción, pero justo entonces, del otro lado de la calle; un sonido de música rock, reclamó todo su interés. La fuerza de la música era notable, tanto que, incluso Kusanagi miró en esa dirección. Por un poco más, Sunem podría afirmar que, conocía la canción que armonizaba el ambiente nocturno.
—Él... está aquí...
—¡Ho! Extrañas a tu amigo.
Frey respondió sin haber perdido la expresión de satisfacción.
—Interesante, paseándote con una mujer.
Finalmente, las miradas de ambas chicas se encontraron.
—No es lo que estás pensando.
—¡Qué formalidad! Tus gustos en mujeres están cambiando Kusanagi. Descuida, no voy a decirle nada a Yuki.
—¿Yuki?
Sunem no tenía interés en los asuntos de esas personas, pero la expresión bufona de la rubia, le inquietaba en cierto punto.
—La mujer de Kusanagi.
—¡Oy, Frey!
Sin duda Frey era la clase de persona que disfrutaba cuando el rostro presumido de Kusanagi lucia irritado.
—Pero, ¿acaso nos hemos visto antes? Tu cara me es familiar.
Los delgados dedos de Frey tocaron sus labios exponiendo sus dudas mientras miraba de cerca a la joven de ojos oscuros.
—Hay algo de lo que quiero hablar con ese sujeto, ahora que ha vuelto, dile que deseo verlo.
Kyo volvió a ser el centro de su atención, interrumpiéndola.
—¡Hm! díselo tú mismo, no soy la mensajera de nadie.
Su respuesta no fue inesperada, y el castaño sonrió. Aunque realmente no se sentía con ganas de contactar directamente a ese pelirrojo, quiso confirmar que realmente era él, quien tocaba dentro de ese escandaloso club musical.
—Solo voy a decirte que Heidern ha comenzado una investigación en las llanuras del norte. Chizuru querría que supieras esto cuanto antes.
Kyo no podría interpretar con claridad lo que Frey le acababa de decir, tras despedirse juguetonamente y cruzar la calle.
Sunem cerró los ojos para ocultar su impresión, porque lo que respectaba a las llanuras del norte, tenían todo que ver con ella.
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Enlace De Sangre
FanfictionCuando un nuevo y misterioso torneo de KOF estaba a punto de ser anunciado, el comándate Heidern descubre que esta relacionado con la familia Bernstein, pero que no tiene que ver con Rose o Adelheid y comienza una investigación secreta, para descubr...