5.8 Final.

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Sunem corría en medio de la calle, el cielo estaba oscuro y los alrededores solitarios, en ese momento se podía escuchar el sonido del motor de los autos. Recuerdos dulces nublaron su cabeza, se sentía como si hubiera pasado una eternidad.

Cuando estuvo cerca del edificio del comité, pensó que debía ser muy tonta para espera que el estuviese ahí, y ha salido sin pensar, ni ser consiente del tiempo que había pasado. Las luces estaban apagadas, y se sintió desilusionada.

—¿Su...?

La voz de cierta mujer que apareció a su lado repentinamente, la tomó por sorpresa, tuvo dificultades para nombrarla, pero Sunem saludó inmediatamente haciendo una reverencia.

—Has vuelto a tener el cabello negro.

—Frey...

—¿Qué asuntos tiene alguien que escapó en medio del torneo que ella misma organizó, para venir a este lugar? Si buscas a Kagura, lo siento, ahora mismo debe estar con Heidern, Kusanagi la está acompañando.

—¿Kyo?

—O tal vez quieres ver a Yagami...

Frey sonrió, dando justo en el clavo, Sunem era una mujer reservada y sabía que no se atrevería a contestarle con propiedad, aunque solo estaba molestándola un poco.

—Sabes que no todo se resuelve con una disculpa ¿no es así? Incluso los dioses deberían tener modales.

Podía sonar rudo, pero Sunem sintió que Frey tenía razón.

—Bajo estas circunstancias no hay nada que pueda decir, pero intentaré arreglarlo, todo lo que hice mal, realmente quiero eso.

—¿Qué demonios estás haciendo?

Antes de que Sunem levantara la cabeza, la fría voz masculina del pelirrojo interrumpió. Estaba caminando desde la misma dirección en que había aparecido Frey, tan despreocupado como siempre.

Frey rio como si esperase ese resultado, ciertamente Sunem no representaba ningún problema y ahora no estaba de humor para irritar a Yagami, entonces se despidió sonriente, sin siquiera mirarla por segunda vez.

El haber llegado hasta ahí para Sunem, fue relativamente fácil, pero ahora, teniendo esa figura rígida de frente, no fue capaz de tener una reacción natural.

Yagami se acercó a ella alcanzando una mecha de sus cabellos negros.

—Iori...

—Así que decidiste regresar.

Sunem no podía responder, porque había tanto que explicar desde su perspectiva.

—Mujer egoísta.

Suavemente tomó su brazo arrebatadoramente para atraerla hacia él, envolviéndola en sus torneados y cálidos brazos.

—Está bien, voy a permitírtelo.

—¿Eh?

—Te permito estar enamorada de mí.

Las mejillas de la chica se sonrojaron inevitablemente, la sensación de sentirse viva, era similar a la brisa de una fuente golpeando la piel atormentada por un día caluroso.

[···]

Osaka volvió a su ambiente habitual y el aire ligero soplaba con amabilidad. Antes de que Adelheid subiera a Sky Noah, quiso mirar los alrededores vacíos y las calles solitarias, se perdió un rato en sus pensamientos hasta que la figura de K'dash, le recordó que estaban despegando.

—¿K'Dash? ¿Por qué estás aquí?

—Tengo a un estúpido hermano del que ocuparme, para ser preciso, el hermano que no puede manejar el hecho de ser abandonado.

El apuesto joven de piel bronceada se adentró a la nave obligando al rubio a abandonar toda duda que estuviese albergando. Adelheid fue incapaz de responder a sus palabras y las compuertas se cerraron cuando apartó sus manos de ellas.

—Se ha enamorado de alguien inusual, deberías tener cuidado.

—Siempre creí en la posibilidad de que algo como esto sucediera, en realidad es peor de lo que imaginé.

La sonrisa de derrota en el joven Bernstein era en cierta forma adorable.

—Esto es lo que te has ganado por ser tan amable. Realmente no puedo entenderte. En verdad eres estúpidamente aburrido.

Los dos chicos caminaron en los pasillos lujosos de la nave que relucía como si nada hubiese ocurrido.

—¡Adelheid-sama!

Tsukiyomi corría hacia el rubio de ojos carmín apenas entró a la sala de control del Sky Noah.

—Me alegra que estés aquí, este lugar se estaba poniendo aburrido.

—Si no te gusta, puedes irte ahora mismo.

La hostilidad de la princesa Rose contra Tsukiyomi, floreció instintivamente.

—¿Será posible que en mi boda con Adelheid, vayamos al extranjero? Francia, quizás.

—Deja de mencionar esas cosas tan absurdas, no importa cuánto lo intentes ¡no lo permitiré!

—¿Debería empezar a llamarte Nee-sama?

—¡No quiero!

—Los humanos son tan formales.

—¡Te dije que no quiero! y deja de mirar a onii-sama pareces una pervertida!

—Qué escandalosas son estas mujeres.

K'dash se arrepintió de haber abandonado su tranquilidad al lado de Máxima cuando presenció aquella conversación sin sentido.

—Rose deberías empezar a mirar a tu alrededor y buscar a un hombre, Adelheid no va a quedarse para siempre contigo. ¿Te has detenido a mirar a K'dash? Es verdaderamente atractivo.

—No tengo interés en ese tipo de hombres, onii-sama es mucho mejor ¡mil veces mejor!

—¿Hah?

Poco faltaba para que la paciencia de K'dash explotará. El sonriente Adelheid, miró una vez más los cielos, cuando la nave, finalmente había despegado.

✦✦✦✦✦.

Las luces de un auditorio se apagaron y con ello, el silenció volvió a gobernar un recinto que había presenciado una gran presentación en vivo de una banda popular en aquellos días. Los virtuosos músicos hablaban con la mujer que les había permitido presentarse esa noche en el gran Babylon AX.

Desde las sombras, un pelirrojo ensombrecido por un aura asesina, esperaba con los ojos cerrados, escuchando atento las voces agitadas.

—Has estado increíble durante la presentación Yagami, pero no te vez muy feliz.

—Shun.

—NR realmente va a firmar con nosotros, creo que Hayato y Sunem se llevan bastante bien.

—¿Qué?

—Aunque Yagami es el chico popular de la banda, Hayato tiene la atención de la señorita productora. Ella dijo que no podía dejar de escuchar su maravillosa voz.

El rostro de Yagami se oscureció como si se hubiera convertido en las tinieblas más densas.

—Nuestro vocalista ahora está hablando sobre el contrato.

—Olvídalo, no habrá ningún contrato, termina esa conversación ahora mismo.

Shun comenzó a reír encantadoramente.

—Realmente no deseas que esa mujer pierda el tiempo en asuntos que no tengan que ver contigo.

Shun, el guitarrista líder, miró divertido a un Yagami caprichoso. Desde ese punto. Sunem volteó por un momento, recordando que debía darse prisa o, el bajista de soporte, se pondría de muy mal humor.

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Enlace de Sangre final.  

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