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El grupo Ikari daba por finalizada su misión en las llanuras del norte y el equipo se retiraba de Osaka. Las investigaciones terminaron, nunca esperaron tener el testimonio directo de un dios tan importante garantizando la estabilidad del futuro. Como iban las cosas era tranquilizante, Kagura agradecía a Heidern por su gran esfuerzo, y cooperación, posiblemente todos regresarían juntos a sus hogares y, ahora que podían simplemente relajarse, Kagura se acercó a Kusanagi ofreciendo una botella de agua.

—Creo que ahora sería un buen momento para que dejaras ir las dudas.

El chico tomó la botella mientras ella se sentaba a su lado.

—Nunca antes vi a Yagami tan serio, estoy segura de que eso es lo que te ha estado preocupando. Es porque para él, las tradiciones no son importantes. ¿No crees que es momento de que tú también seas serio? Kusanagi-san.

Por fin el chico la miró, el brillo de confusión en sus ojos castaños aun se podía notar con solo verle a la cara.

—Debes ser claro ahora, no quiero verte tan afectado.

Las palabras de Kagura tenían el poder de hacerlo sentir mejor y finalmente sonrió.

"Tú no puedes hacerte cargo, simplemente ve con la niña de instituto."

Esas fueron las últimas palabras que Yagami le dijo, durante el desastre de la final, ahora que Kagura las repetía, sonaba verdaderamente tonto.  

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Los árboles dejaban caer sus débiles hojas secas. Con el cielo oscurecido y el viento golpeando con suavidad, la siguiente estación anunciaba su pronta llegada.

En una mesa reservada, al fondo de cierto club musical, dos mujeres brindaban abiertamente  para celebrar que el contrato con cierta familia problemática, había terminado.

—Nuestra búsqueda empieza ahora.

Los ojos azules de Mature estaban llenos de confianza.

—Creí que te quedarías a hacer de niñera, Mature.

—Antes que mis intereses personales, están mis obligaciones.

—Escuché que Orochi está en un lugar inalcanzable para nosotras, esto no será nada fácil, tal vez no deberías romper el contrato con los Bernstein aún.

—Eso mismo digo yo Vice, parecías muy cómoda en Noah Records.

—Cierra la boca.

La búsqueda interminable continuaría, esas mujeres estaban acostumbradas a ello, después de todo, una meta tan alta, era mucho más gratificante si se volvía tan complicada. 

En los ojos de Mature y Vice se reflejó la existencia de un dios egoísta inigualable. Si lo comparaban con Orochi, era bastante aburrido y su decepcionante lealtad a los Bernstein rebasaba lo absurdo. 

Susano estaba caminando por el sendero de su propia ambición, una en la que era imposible intervenir. Después de encontrarse con los fantasmas Hakkeshu, irrumpió en los dominios protegidos por Tsukiyomi y se olvidó del mundo entero. 

La diosa de la luna lucía como el cerbero que custodia las puertas del infierno, pero no había duda en que estaba esperando a que apareciera cuando finalizara con sus propias manos, la calamidad que ella misma ocasionó.

Con la luna brillando ferozmente, las deidades volvían a verse las caras. Susano la miró, recargada en la puerta, como un guardia receloso, al que tendría que combatir si deseaba cruzar los límites. Encontró irónica la situación, porque recordaba que Tsukiyomi solía ser más amable en el pasado.

—Susano, que desvergonzada existencia, has llegado demasiado tarde.

Los ojos rojos del dios de la tormenta, brillaron intensamente.

—Si algún día puedo cambiar el curso de las cosas, te destruiré.

—Has hecho un largo camino con la misma historia Tsukiyomi.

La diosa lunar sonrió.

—Estaré esperándote.

Tsukiyomi se acomodó en la ventana y cerró los ojos, permitiendo a Susano entrar a la habitación donde el príncipe rubio, poseía una tranquila expresión mientras dormía profundamente.  

Enlace De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora