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El bullicio ensordecedor que trajo la mañana, se extendió por las calles, más allá de lo que los oídos eran capaces de captar. Eso demostraba la inquietud de los espectadores por el siguiente combate. El Treasure Team, se consideraba uno de los equipos más populares y fuertes, por eso, no era de sorprender el ajetreo; sin duda, la posición dentro del combate de ese equipo, no podía serle arrebatada por nadie.

Los eventos para ese día iniciaron cuando el tiempo recobró su curso, porque la euforia creada por la victoria del Psycho Soldier no encontraba final. Los importantes líderes del comité, aprobaban las cifras generadas por el impacto del torneo, en una reunión donde se anunciaba el combate del Korean Team contra el Sacred Treasure, suponiendo esto, un gran espectáculo.

La formación se dio a conocer sin reservas y aun cuando Sunem estaba tan lejos de las afueras del edificio, los gritos de emoción se escuchaban con claridad. Este torneo no solo era excesivamente ruidoso, la gente parecía estar fuera de sí.

El encuentro fue programado para la mañana del siguiente día, la aclamada presentación en el área de combate de ambos equipos deslumbraría a los espectadores.

[...]

Alejados de la conmoción publica, el treasure team aceptó el desafío con bastante seguridad, sus orgullosos miembros masculinos reconocían el talento de su adversario, pero ese era tan solo el comienzo para ellos.

—Compré una botella de agua extra, solo pensé que deberías tomar una si quieres Yagami-kun.

Yuki se dirigió al pelirrojo quien se apartó visiblemente de sus compañeros apenas escuchó el nombre de sus oponentes, no tenía más razón para permanecer en ese lugar, pero estuvo mirando el edificio del comité aún después del anuncio.

—No es necesario.

La joven castaña era consciente de que él no se había preocupado por nada en particular y tal vez tampoco percibía lo caluroso del día. Y no se equivocaba, Yagami se encontró con esa fastidiosa cara sonriente y desvió la mirada.

—Yuki, no seas amable con ese sujeto.

La voz quejumbrosa de Kusanagi llamó a la joven que dejaba la botella justo a un lado del pelirrojo, quien, por la expresión en su rostro, se podría decir que, estuvo a punto de responder maliciosamente, pero justo en ese momento, las puertas del edificio central del comité se abrieron, habiendo definido la primera ronda de los siguientes combates.

Sunem caminaba lentamente al lado de un joven Nagi de presencia llamativa, a pesar de lucir tan serio, su rostro inexpresivo se mantuvo sereno hasta el momento en que Kusanagi simplemente se dirigió hace ella.

Kyo llamó fácilmente la atención de la chica y por supuesto, de sus compañeros también, hasta entonces Sunem pudo distinguir la silueta de Kagura Chizuru a tan solo unos metros de distancia, pero los asuntos que Kyo pudiera tener con ella, parecieron más importantes al reclamar su mirada sobre él.

Una vez se dio cuenta de que Kusanagi estaba saludándola, recordó que el día de la reunión con Asamiya, ambos se alejaron sin siquiera despedirse, como si fuera difícil de manejar la situación y no tuvieran el deseo de explicar porque habían llegado juntos.

—Kyo, estaré esperando por ver tu pelea.

—Deberías agradecer que no estoy combatiendo contra ti.

—Pareces bastante confiado, ¿en verdad eres tan fuerte?

—Asegúrate de ver como se mantiene encendida mi flama.

El encuentro entre los dos disolvió una innecesaria tensión que creció en Kagura Chizuru. Sunem lucia inofensiva y a pesar de ello, decidió ser cautelosa al no poder distinguir el bien o el mal.

—Siento interrumpir su emotiva conversación, pero... lo he notado, que eres muy cercana a Kusanagi, ¿acaso te gusta?

El saludo que pretendió ser nada más que eso, fue interrumpido por una destructiva pregunta que salió de los labios de Frey Kushinada.

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